Hablando con conocidos y con profesionales de la educación, me decían que esto del acoso escolar era algo que siempre había sucedido, con una especie de visión pesimista sobre la especie humana. Parece que dijeran “siempre ha sido así, no podemos evitarlo”.
Del mismo modo al comentar el avance de posiciones machistas entre los jóvenes, de situaciones de permisividad en cuanto a violencia de género, se escudaban en “es lo que nos viene de fuera”, “no podemos hacer nada si las chicas lo aceptan”.
A mi no me sirven estas excusas. No puedo admitir que situaciones, que hacen daño a las personas, se mantengan sólo porque siempre han existido o porque no sepamos como afrontarlas.
La violencia de género está aumentando entre los jóvenes y adolescentes, en los colegios. Las chicas asumen que si un chico las controla es porque las “quiere”. Se confunde amor con posesión. Se asumen roles que pertenecen a principios del siglo pasado.
También aumentan los casos de acoso escolar, de Bullying.
Se ha demostrado que el acoso causa daños permanentes a las víctimas, llegando a producirse daños que conllevan incapacidad (ver aquí).
La inacción de los profesionales en los colegios en los que esto sucede es inaceptable.
Pero…¿qué podemos hacer?
Hay muchas posibilidades:
- Formar a niños y adolescentes en mediación para que actúen en casos de acoso escolar o en conflictos dentro del colegio.
- Formar a profesores, maestros, directores, jefes de estudios y cuidadores de colegios para que aprendan a detectar y a enfrentarse a estas situaciones.
- Cursos y conferencias en colegios para que los adolescentes detecten estas situaciones, tanto en sí mismos como en los demás, y comprendan el daño que producen.- Informar a los chicos y chicas de los medios que dispone cada Administración frente a estos casos, sitios donde acudir, personas a quién denunciar (no se trata de chivarse, se trata de denunciar que alguien está haciendo daño a otra persona, y que otro alguien lo está consintiendo por inacción o por miedo).- Informar y formar a los padres para que aprendan a detectar situaciones de acoso escolar en sus hijos o situaciones de violencia de género. Tanto si son víctimas como si son “matones”. Educar. Podemos en definitiva educar en el respeto.La educación trasciende a la escuela, y se desarrolla fundamentalmente en la familia.
Educar es fomentar valores, desde el ejemplo especialmente.
Para ayudar a niños y niñas es fundamental educar en el respeto. Respeto hacia los demás, hacia sus ideas, hacia su aspecto, su religión, su estado, su procedencia, su raza, su identidad sexual…
Y también respeto hacia uno mismo, porque si alguien no se respeta a sí mismo, no se hará respetar. Educación en lo que no deben permitir de otros niños o adolescentes, de cuales son las líneas que deben trazar. De qué hacer cuando alguien, quien sea, cruza esa línea y le agrede física o psicológicamente.
Y también es fundamental escuchar.
Lo que es importante para nuestros hijos, tal vez no nos parezca relevante a nosotros, PERO ES IMPORTANTE PARA ELLOS, y hay que escuchar lo que nos quieren decir. A veces nos están diciendo que algo pasa, pero no tenemos tiempo para escuchar “cosas de niños”. Y tal vez lo que nos cuentan es muy importante para ellos, y para su futuro.
Tal vez algunos de nosotros debamos también aprender a respetarnos y a respetar a los demás y a sus ideas, convicciones religiosas, identidad sexual, procedencia o aspecto.
Si has leído esto y te ha interesado, si tienes hijos, habla con ellos, y escúchales, educa sus valores, educa su respeto hacía los demás y hacia sí mismos.
Y tal vez así, esto que “siempre ha sucedido”, deje de suceder, porque la tradición, la costumbre, o el “siempre ha sido así”, no pueden servir de excusa para permitir que siga sucediendo, para permitir que se siga haciendo daño a niños o jóvenes.