Revista Opinión

Violencia e islam

Publicado el 27 abril 2016 por Hugo

Violencia e islam
Adonis (Ali Ahmad Said Esber): Se ha hablado mucho de la primavera árabe como si no tuviera nada que ver con el pasado. (…) De entrada, se olvida que nosotros hemos conocido revoluciones más radicales que la prometida por la primavera árabe. Sobre todo la de los zinj, (…) llamada la «revuelta de los negros». Después, se produjo la revolución de los cármatas, que querían instaurar un sistema al que hoy podríamos calificar de socialista. Por no mencionar las pequeñas revoluciones que reclamaban la libertad y la igualdad de derechos. Estas revoluciones, grandes o pequeñas, fueron más importantes y más radicales que la primavera árabe. (…). Los cármatas representan el llamamiento a la igualdad, a compartir las fortunas y a la lucha contra la miseria y la pobreza. Eran progresistas y preconizaban el socialismo. (…).
Houria Abdelouahed: Los pioneros del marxismo. Es una revuelta contra el espíritu de Utmán, el tercer califa, que fue el yerno de Mahoma y que enriqueció sin medida a su familia y a los futuros omeyas.
A: Se puede decir que los cármatas se sublevaron contra el ejercicio del primer islam, el del califato. 
(...) El Ejército Islámico repite lo que está vinculado con el poder y no con el pensamiento o la investigación. Una razón más para decir que seguimos estando en Saqîfa, que el espíritu de Saqîfa reina y dirige nuestra cotidianidad. Así pues, la identidad según esta visión es una repetición. Es una herencia y no el fruto de una elección. El individuo nace árabo-musulmán o musulmán. Y en el seno de este árabo-musulmán, es suní o no chií, o chií y no suní. La historia árabe es una guerra perpetua. 
H: Me aclaras lo que leí sin atreverme a pensarlo. La sociedad árabo-musulmana primero empezó a enriquecerse gracias a las conquistas, no a partir del califato, sino mucho antes. El profeta dirigió las guerras y se enriqueció a medida de sus victorias. Los botines fueron enormes. La primera sociedad musulmana se enriqueció de esta manera. Más tarde, la primera gran fitna (guerra entre musulmanes) estalló porque Utmán vació el tesoro público para enriquecer a su clan.
A: Utmán, todos los historiadores coinciden en esto, gastó sumas monumentales para enriquecer a su familia sin tener en cuenta a la comunidad. Tienes razón al mencionar el enriquecimiento derivado de las guerras y de las conquistas, pues la fortuna del islam procede de los ghanâim (los botines de guerra). El islam, desde el principio, adoptó la violencia de las guerras y de las conquistas. (…). Históricamente, el islam (…) fue fundado por el espíritu de la tribu, las conquistas y el poder del dinero. Hoy, el Estado Islámico se enriquece gracias a los ghanâ-im y el control sobre el petróleo, el gas, el dinero de los bancos y la venta de las mujeres (…). El islam creció en el seno de una cultura tribal basada en el comercio y el poder. Todos sabemos que los primeros fundadores eran comerciantes: Jadiya, la primera esposa de Mahoma, era comerciante; Abu Bakr, Umar y Utmán también lo eran (…).
¿Por qué no encontramos ni un solo gran poeta al que podamos calificar de creyente musulmán? No conozco ningún gran poeta creyente, ni ningún filósofo verdaderamente creyente dogmático. Ni Averrores ni Avicena ni Rawandi eran verdaderamente musulmanes. Con la excepción de Ghazali, que se convirtió en místico. Entonces, ¿por qué llamamos a esta civilización que abarca a místicos, filósofos y poetas que no tenían ningún vínculo con la fiqh (jurisprudencia) o la ortodoxia, civilización islámica o musulmana? ¿Musulmana en qué sentido? ¿Qué es lo que el místico o el filósofo tienen que ver con la fiqh y la shar (la Ley)? Estudiando los textos, me di cuenta de que no existía un gran poeta que pudiera ser poeta y musulmán como Claudel fue poeta y cristiano católico. No encontré pensadores o filósofos musulmanes que pudieran recordar la figura de un Emmanuel Lévinas, filósofo y judío creyente. 
H: Freud relaciona la construcción del judaísmo con la deconstrucción de la figura de Moisés, siendo este un egipcio que quería librar a los hebreos de la esclavitud. Tenemos dos mensajes: primero, la figura del extranjero es fundacional y, segundo, el pueblo se adhiere a una creencia por amor a la libertad. Sin embargo, desde el principio, nosotros solo hablamos de la tribu y de la pertenencia a la tribu o a la familia. 

Adonis, 2015Violencia e islam: conversación con Houria Abdelouahed,Editorial Planeta, Barcelona, págs. 16-37.

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