- te desprecia tus estudios, no vales nada, es mejor lo del otro;
- no te olvides que te prometió pasarte el coche por encima;
- recuerda cuando viniste del viaje que soñabas. Ni siquiera te preguntó cómo te fue: era más importante que supieras lo que te esperaba en casa por hacer;
- que te quede grabado cuando te dijo que no se haría cargo de aquel supuesto bebé y en la noche te dejó tirada en medio del campo;
- te robó el teléfono después de mirar todos tus mensajes
- y no contento con eso, se llevó el auricular del fijo de casa. Por si acaso.
- Controló la ropa que llevabas y criticó tu falda favorita, la que te sienta mejor, la que antes le gustaba a él
- y te llamaba sólo para preguntarte dónde estabas.
- Tuviste que encerrarte en la otra habitación y echar la llave por dentro
- y cuando tuvo ocasión, decidió que eras suya sexualmente.
- Te dejó claro que el varón de casa valía mucho más que tú
- y luego te clavó en la cabeza que tú harías lo mismo con tus hijos
- para luego reproducir los gritos e insultos en tu propia casa.
- Más tarde se te olvidó cómo sonaban las palabras suaves
- porque se te quedaron enganchadas en la garganta
- y los que te rodeaban sufrían como tú.
- Saliste de paseo y cada uno se fue luego por su lado
- pero tú volvías a casa con una sonrisa porque el pueblo era muy pequeño y nadie podía saber...
- y te daba tanta pena que controlaba en la distancia hasta tus más íntimos pensamientos
- y consideraste después que tu deber era anularte como persona.
Revista Diario
Por favor, que ninguna institución pública me recuerde que existe la violencia de género. Es tan cercana que parece oculta: