En Indonesia, la acción es el género reinante en los largometrajes, no hay ningún tipo de dudas si miramos los estrenos de este país en los últimos años. Parece que el terror también convence a las productoras, será que mueve más al público que otros géneros más… “sensibles”. La producción cinematográfica en este país no es novedosa, ya tiene una cierta trayectoria, aunque tampoco llega a ser una industria de peso. Sólo algunas películas más afortunadas consiguen lanzarse al mercado internacional, como es el caso de la cinta que trato hoy en este artículo, cuyo título original es ‘Serbuan maut’, pero que se ha distribuido internacionalmente como ‘The raid: Redemption’ y se ha traducido a nuestro idioma como ‘Redada asesina’. Su director, el galés Gareth Evans, se ha especializado en películas de acción y ha dirigido producciones tanto en países occidentales como en orientales.
Antes de empezar a hablar de esta película, he de dejar claro que no soy nada amante del género de acción, de la violencia ni de las artes marciales. Pero también pienso que cada trabajo hay que valorarlo dentro de lo que quiere conseguir, por lo que voy a tratar de ser lo más objetivo posible.
En cuanto a lo universal del filme, tengo que referirme a lo negativo, ya que no hay mucho mensaje positivo en este trabajo. La corrupción, la ambición y la utilización de personas inocentes para conseguir objetivos puramente materialistas y egocéntricos. Lamentablemente, se da en muchas más partes del mundo de las que nos gustaría. De hecho, estamos constantemente rodeados de personas que actúan de este modo (aunque normalmente sin tanta violencia, pero sí con la misma malicia).
La música es muy apropiada al género: muy sencilla, pero con un ritmo muy marcado que acentúa la tensión de las escenas violentas.
El uso de la cámara es inteligente, pues siempre ayuda a transmitir la tensión que plasma el director en cada una de las escenas. Hay mucho movimiento de cámara que, lejos de resultar mareante, consigue insertar al espectador en la lucha, haciendo que la liberación de adrenalina que se produjo en los actores al rodar se transmita a quienes se “meten” en la película.
Aun cayendo en muchos de los tópicos de este género (a veces te preguntas por qué se arriesgan tanto peleando si puedes disponer de un arma de fuego y cosas así), he de reconocer que consigue lo que se propone, que es mantener al espectador en una tensión constante. Apenas hay tiempo para respirar, pelea tras pelea y escena de tensión entre dichas peleas.
Utilizar el bloque de viviendas como campo de batalla da mucho juego. Psicológicamente, estás constantemente influenciado por la claustrofobia que supone saber en qué lugar están los protagonistas y la dificultad para salir con vida. La factura del filme es muy buena, con coreografías espectaculares y frenéticas que apenas descansan durante casi todo el metraje.
El guión es lo más simple de este trabajo, no es muy original, pero propicia las condiciones necesarias para que se den las escenas de acción y peleas, que conforman la parte fuerte de ‘The raid: redemption’.
Una veintena de policías asalta un bloque de viviendas en el que se encuentra uno de los gánsteres más temidos de Indonesia, junto con su ejército. Sin ser conscientes del peligro en que se meten (alguno de ellos sí), van convencidos de acabar con ese nido de serpientes.
Si sois adultos responsables y os gustan las películas de acción y violencia, no lo dudéis, esta es la vuestra. Eso sí, dejad a los niños en otro lugar a salvo de estas imágenes desagradables que, sin la madurez suficiente, pueden causar influencias nada recomendables en los pequeños (o no tan pequeños pero faltos de madurez).
La segunda parte de esta película clausuró en nuestro país la recientemente finalizada edición de Nocturna 2014, aquí tenéis una breve reseña. Por cierto, quienes la han visto señalan que supera con diferencia a la primera.
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