Hay temas que son complejos de abordar y que, por lo tanto, muchas veces quedan desplazados de la LIJ. La violencia contra niños y jóvenes, física y psicológica, y el abuso de todo tipo (más aún el sexual) son temas que durante mucho tiempo fueron considerados tabú en la LIJ. Hallar libros que presentaran de algún modo estos temas era una tarea casi imposible.
Al respecto, Graciela Bialet [1] dice:
Lo que Graciela Montes definió como el tendido de un corral sobre la infancia, donde la contemporaneidad y visibilización contestataria de nuevas realidades sociales, culturales, políticas, que emergían a contra pelo de los modelos o estereotipos "políticamente correctos", quedaban en la periferia de los temas a tratar en la LIJ.
Dice Soriano, en su imprescindible ensayoLa literatura para niños y jóvenes. Guía de exploración de sus grandes temas, que "las obras que se ocupan de estos problemas se consideran -casi peyorativamente- comprometidas", por el contrario "las que los ignoran son artísticas."
Esto último que dice Soriano ha generado amplios debates en relación a si la literatura infantojuvenil debe o no hablar de esos temas y si, cuando lo hace, pierde su calidad. Es que, claro, una cosa eran los libros que pretendían enseñar o hablar de estos temas al estilo escolar, y otra cosa los libros que se fueron abriendo paso, lo que se animaron a mostrar experiencias, narrar sucesos y dejarle la pelota al lector en su lado de la cancha. Así, de a poco y con esfuerzo, se abrieron nuevos caminos en la LIJ que permitieron tratar estos temas desafiantes y difíciles. Es que, como dice Bialet:
si la ficción -que opera como un motor entre lo posible y lo soñado, entre lo real y lo impensado- no habla también de estos temas "difíciles", en realidad lo que sucede es que los niños de todas maneras acceden a estos conocimientos "no dichos" -o son sorprendidos- por otras vías, en o fuera del entorno afectivo, y muchas veces, desde medios menos comprometidos con el arte. [...] (Se) obtura la posibilidad de acceder, en nuestro caso con el arte y la literatura, a la formación de lectores como cuestionadores potentes, con capacidad de establecer relaciones y desarrollar juicio crítico frente a diferentes situaciones de la vida, aun cuando éstas sean perversas.
En esta línea, dos novelas recientemente publicadas por Norma dentro de la colección Zona Libre presentan historias en las que estos temas están presentes y desde el camino de la experiencia. Cocodrilo con flor rosa, de Sandra Siemens, presenta la historia de Teresa, una adolescente que, gracias a que comienza a participar de un taller de arte, recupera un recuerdo guardado desde su infancia que la sacude por completo.
La historia, narrada en capítulos breves, muestra el descubrimiento de un recuerdo sobre una situación de abuso vivida en su infancia a través de la experiencia artística y se entrecruza con la narración de los preparativos de una fiesta y de la vida cotidiana de la protagonista. Es en esos pequeños episodios actuales que la novela muestra con fuerza los efectos de la situación de abuso y, fuertemente, la impunidad (porque la fiesta que se prepara con alegría y espíritu de unión pueblerino es para, ¡spoiler!, el abusador), el descreimiento, lo difícil que es hablar del tema y buscar sanar.
Si bien toda la trama de la historia pronto se muestra encaminada hacia un solo lugar, a la revelación de una situación de abuso, la novela es cuidadosa en sus expresiones y la prosa de Siemens ilustra con belleza los pensamientos (incluso a veces tristes o desesperanzados) de la protagonista y su proceso de autodescubrimiento a través del arte. Me pareció, por ejemplo, sumamente astuto y delicado el gusto de la protagonista por los jabones, sus aromas, y la limpieza que suponen.
Por otro lado, Mientras no muera tu nombre, de Liliana Cinetto, presenta la historia de Marina, otra adolescente que, por un lado comienza a asistir a un taller literario porque el chico que le gusta la invita y, por el otro, empieza a investigar, junto con su hermana, sobre la vida de su tía, Cecilia, fallecida hace años en circunstancias que desconoce.
La novela entonces se despliega en estas dos tramas y, pronto, se vuelve angustiante. Porque Marina se involucra con Milo, el chico que la invitó al taller, y la relación pronto se revela abusiva y violenta, pero no desde lo físico. Milo, un chico capaz y astuto, con el pretexto de amar profundamente a Marina y querer ayudarla a mejorar y crecer, la desarma y la humilla todo el tiempo. Sus intercambios son escalofriantes, porque como lector es posible entender el mecanismo macabro de Milo pero también se comprende la obnubilación de Marina. No puede salir de ahí porque Milo se encargó de dejarla encerrada.
Y mientras esto sucede y crece se devela la historia de su tía, espejo de lo que le ocurre a Marina: ella también fue víctima de un hombre que se la apropió y la desarmó hasta matarla.
Las historias de Cecilia y Marina se entrecruzan en la novela, acompañadas por la poesía que cada una de ellas escribe/escribió para elaborar y mostrar lo que les sucede (otra rama bella de esta novela, ¡la poesía!), y es eso lo que conduce al final de la historia.
Para sumar, esta novela surge de la experiencia de la propia autora y su hermana, que falleció como Cecilia (tal vez por eso la contundencia y la crudeza de todo el relato que, a veces, parece una locura y, sin embargo, nace de la realidad). Se puede leer una entrevista con Cinetto en la que cuenta cómo nació esta novela por acá.
Tanto Cocodrilo con flor rosa y Mientras no muera tu nombre son novelas incómodas porque como lectores no hay nada que quisiéramos más que ayudar a sus protagonistas y no podemos, no podemos. Violencia, abuso, son temas incómodos en la vida y en la literatura, pero qué mejor que poder leerlos, verlos, entenderlos (y entender que muchas veces hay cosas que no se entienden) y poder conversar sobre ellos. A veces es necesario transitar la incomodidad.
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[1] Bialet, G. (2019). "La letra invisible de un crimen: abuso sexual y Literatura Infanto Juvenil", en el blog Linternas y Bosques (https://linternasybosques.wordpress.com/2019/01/23/la-letra-invisible-de-un-crimen-abuso-sexual-y-literatura-infanto-juvenil-por-graciela-bialet/)