ALCOHOL Y DROGAS
Hemos de dejar constancia de cómo puede afectar el consumo de drogas a la realización de prácticas violentas en el grupo de jóvenes. Vamos a hablar sobre las razones que pueden llevar a su abuso y las sustancias que más se consumen por los jóvenes.
Hablar de causas del consumo de drogas resulta cuando menos aventurado. A la diversidad de factores conocidos, se une el hecho de que ninguno de ellos parece ser requisito necesario ni suficiente para dar cuenta del inicio en el consumo. En cada caso se da una combinación original de factores que explica su recorrido particular. Por ello, parece más adecuado hablar de las condiciones que favorecen este proceso, los factores de riesgo que lo hacen más probable. Los más relevantes de estos factores son los siguientes:
- Curiosidad: Por experimentar, que es una característica natural y deseable de la adolescencia. Por eso es preciso educar, para que se convierta en una fuente de maduración e impedir que se concentre en situaciones de riesgo.
- Presión del grupo de iguales: tendencia a la homogeneidad en el seno del grupo que, al igual que facilita la adopción de determinadas señas de identidad -forma de vestir, música, etc.-, tiene un papel de primer orden en el inicio de consumo de drogas.
- Búsqueda de placer: el consumo de drogas ha estado siempre vinculado al deseo de desconectar de las exigencias agobiantes de la realidad, en un intento de disfrutar al máximo del tiempo de ocio. Cuando durante la infancia y la adolescencia nos e aprenden otras formas de diversión, las drogas pueden ocupar un lugar tutelar.
- Control familiar inconsistente: cuando las normas familiares son excesivamente rígidas, relajadas o invariables, se hace difícil la interiorización por los niños y los adolescentes de unas pautas de comportamiento claras, por lo que su socialización fuera de la familia se vera muy afectada.
- Disponibilidad de drogas: si en el medio en que el adolescente vive su tiempo de ocio existe una presencia notable de drogas, el inicio en el consumo resulta favorecido.
En relación a dichos factores son conocidos enfoques exitosos y variadas propuestas que persiguen algunos de los objetivos siguientes:
- Canalizar positivamente la curiosidad del adolescente a fin de que, manteniendo vivo su impulso exploratorio se desinterese al máximo por conductas y situaciones de riesgo. Es lo que se pretende, por ejemplo en las campañas informativas que, mediante diversos soportes (folletos, Internet, etc.), buscan transmitir a los jóvenes una información adecuada sobre los riesgos asociados al consumo de drogas. Iniciativas orientadas a compensar con argumentos racionales el impulso de la curiosidad, favoreciendo un a toma de decisiones más libre ante la previsible oferta de drogas de la que tarde o temprano serán objeto.
- Promover la educación en valores y actitudes: de aprecio, respeto y responsabilidad para con la salud propia y la de la comunidad. Es el objeto, por ejemplo de los diversos programas preventivos existentes en las escuelas que tratan de despertar en el alumnado la conciencia de que la salud no depende del azar, sino que está en gran medida condicionada por las decisiones que cada persona adopta. Son miles los educadores de todas las etapas que dedican buena parte de su tiempo a esta tarea.
- Estimular la autoestima: con objeto de reducir el riesgo de que se interesen por formulas químicas para apuntalar un amor propio frágil. Además de los programas preventivos citados, existen en España miles de Escuelas de Padres y Madres en las que, debatiendo acerca de la más adecuada relación educativa con los hijos, se abordan los múltiples modos de desarrollar en cada niño y adolescente una imagen positiva de sí mismos que le haga menos vulnerables a las influencias externas.
- Desarrollar habilidades sociales: que les ayuden a comportarse con una razonable autonomía en la relación con los otros, a neutralizar positivamente las presiones por parte del grupo de amigos hacia el consumo de drogas y,en su caso, a cambiar el propio paisaje grupal. De nuevo la escuela y la familia comparten múltiples iniciativas orientadas a entrenar a niños y adolescentes en esas pautas asertivas de relación que les ayuden a respetar a los demás y reclamar para si mismos igual consideración.
- Promover una vivencia rica y diversa del tiempo libre: que ayude al adolescente a encontrar satisfacciones que no comprometan su desarrollo, y a construir modos positivos de disfrutar el ocio, a partir de las posibilidades del territorio que habita. Son, en este sentido, múltiples las experiencias desarrolladas en los pueblos y ciudades españolas, orientadas a educar a adolescentes en un ocio enriquecedor, así como las experiencias dirigidas a promover actividades para el tiempo libre alternativas a «salir de marcha».
- Favorecer un ejercicio razonable de la autoridad paterna: que permita a los niños y adolescentes interiorizar unas normas aceptables de convivencia y tomar decisiones crecientemente responsables, aun cuando actúen movidos por la curiosidad y el placer. Las escuelas de Padres y Madres ocupan aquí un lugar de excepción en un momento en el que hasta los propios jóvenes reclaman de sus padres la existencia de límites claros.
- Reducir la presencia de las drogas: en los escenarios sociales por los que se mueven los adolescentes. A mayor facilidad de acceso a las drogas mayor consumo, mayor abuso y mayores dificultades derivadas. De ahí la importancia de que las drogas no sean una realidad permanente y ubicua en los territorios adolescentes y juveniles.Entre las drogas más consumidas por los adolescentes nos encontramos con:
1. Drogas de síntesis (éxtasis): se trata de compuestos anfetamínicos a los que se añade algún componente de efectos más o menos alucinógenos. Se comercializan en forma de pastillas y comprimidos, de hay que hayan sido bautizados en el argot callejero como pastis o pirulas, entre otros nombres. Sobre su superficie se graban diversos dibujos que sirven como elemento de identificación.
2. Alucinógenos: son drogas que al llegar al cerebro provocan alteraciones en su funcionamiento neuroquímico que afectan particularmente a la manera de percibir la realidad, pudiendo dar lugar a trastornos sensoriales severos e incluso auténticas alucinaciones.
3. Cannabis: es una planta con cuya resina, hojas y flores se elaboran las sustancias psicoactivas más conocidas (hachís y marihuana) y más utilizadas entre las drogas ilegales. El hachís se elabora a partir de la resina almacenada en las flores de la planta hembra, prensada hasta formar una pasta compacta de color marrón cuyo aspecto recuerda al chocolate, su concentración de THC es superior a la de la marihuana por lo que su toxicidad potencial es mayor. La marihuana se elabora a partir de la trituración de flores, hojas y tallos secos. Ambos preparados se consumen fumados en un cigarrillo liado con tabaco rubio, cuyas denominaciones más usuales son porro, canuto, peta, etc. Al consumirse fumado es fácilmente absorbido por los pulmones, por lo que llega al cerebro con rapidez, en pocos minutos empiezan a manifestarse sus efectos que pueden durar entre 2 y 3 horas. El cannabis sigue siendo la droga ilegal más consumida en España y en el conjunto de los países de la Unión Europea en el colectivo de adolescentes y jóvenes.
4. Alcohol: es la droga legal más consumida en nuestro entorno sociocultural, de la que más se abusa y la que más problemas sociales y sanitarios causa (malos tratos, accidentes de trafico, incitación a la violencia, etc.). Es un depresor del Sistema Nerviosos Central que adormece progresivamente el funcionamiento de los centros cerebrales superiores produciendo desinhibición conductual y emocional. No es un estimulante, como a veces se cree. La euforia inicial que provoca se debe a que su primera acción inhibidora se produce sobre los centros cerebrales responsables del autocontrol.
5. Tabaco: se trata de una planta solanácea, la Nicotiana Tabacum de cuyas hojas se obtienen distintas labores destinadas al consumo humano(cigarrillos, cigarros puros, picadura de pipa, tabaco de mascar, etc.). Entre los adolescentes la edad media de inicio en el consumo se sitúa en torno a los 13-14 años, superando el consumo de tabaco por parte de las chicas al colectivo de chicos.
Plan de prevención de drogodependencias:
En prevención de drogodependencias,un cometido básico es ampliar la libertad del individuo en su relación con las drogas. En una sociedad con una gran oferta, nos centraremos en la ampliación y mejora de sus conocimientos, en la creación y desarrollo de alternativas saludables al consumo de drogas y al desarrollo de actitudes y conductas que posibiliten una relación con las drogas, si es que se produce, responsable e independiente. En definitiva, una relación más libre. Una mayor libertad implica más y mejores conocimientos, que tiendan hacia una mayor autonomía y responsabilidad de las decisiones que un individuo ha de tomar respecto a las drogas.
No queremos con esto descargar por completo de responsabilidad al joven o adolescente de los consumos que pueda realizar, pues como sabemos dicha responsabilidad existe dependiendo básicamente del desarrollo psicosocial alcanzado por el individuo.
Debemos poner en marcha planes y estrategias para lograr los siguientes objetivos:
- Sensibilizar y motivar a la población en general, para que intervengan activamente y de forma coordinada en la problemática de las drogodependencias.
- Capacitar a la población en general y a niños y adolescentes principalmente, para convivir de forma más libre y responsable con las drogas.
- Retrasar la edad media de inicio en el consumo de las distintas sustancias.
- Desarrollar proyectos de investigación sobre prevención de las drogodependencias en el medio escolar, familiar y comunitario.
- Potenciar el desarrollo de programas preventivos dirigidos a las familias en general y las de riesgo en particular.
- Informar, motivar y derivar al drogodependiente para que se inicie un tratamiento de rehabilitación, a la vez que se trabaja en a reducción de daños ocasionados por sus consumo de drogas.
- Apoyar los programas de rehabilitación acreditados, así como desarrollar otros tendentes a la inserción social del drogadicto rehabilitado.
- Desarrollar estrategias para que las minorías étnicas u otros sectores de la población marginados, accedan a los servicios generales o en determinadas situaciones desarrollen programas de prevención y rehabilitación específicos.
- Cambiar actitudes y pautas de comportamiento consideradas de alto riesgo, por otras tendentes al desarrollo de una personalidad más normalizada con niños y adolescentes de alto riesgo.
A continuación vamos a enumerar y desarrollar una serie de programas que pueden llevarse a cabo:1. PREVENCIÓN ESCOLAR:
La enorme importancia de realizar prevención de drogodependencias en el ámbito escolar es obvia, y basta señalar algunos elementos que confluyen en él para ilustrarlo, como son: la posibilidad de trabajar de forma continua con niños y adolescentes desde el inicio de su edad escolar hasta su terminación; la implicación en la prevención de profesionales de la educación; la posibilidad de realizar la prevención prácticamente con todos los niños del municipio; la disposición de materiales de prevención perfectamente adaptados y evaluados para su utilización en el medio escolar; la posibilidad de trabajar paralelamente con las familias de los alumnos.
La prevención la realizaremos básicamente a través de los educadores naturales de los alumnos, como son sus profesores y familiares, quienes además de una coherente y adaptada transmisión de conocimientos, han de saber trabajar adecuadamente los otros factores básicos en la formación como son las actitudes y las conductas relacionadas con el consumo de drogas.
Básicamente, nuestro cometido con estos educadores es mejorar su formación en drogodependencias a través de cursos, seminarios y jornadas de formación, donde se desarrollan temas como el discurso social existente en drogodependencias, las características de las sustancias que en la actualidad causan más problemáticas sociales en nuestro medio, los factores de riesgo y protección para el consumo y, por último, programas concretos para ser desarrollados en el contexto social. Tras esta formación son los profesores (y en horario no escolar pueden ser también los padres), quienes como educadores naturales que son y desde la normalización de su trabajo educativo, desarrollan los programas de prevención. Nuestro trabajo directo con los alumnos se reduce al desarrollo de actividades y materiales, como apoyo al profesorado en el centro escolar.
2. PREVENCIÓN FAMILIAR:
Todos sabemos que en la familia, como uno de los ámbitos fundamentales en educación, resulta imprescindible realizar una eficaz prevención de drogodependencias, debiendo hacerse en todas las familias, aunque no se tengan problemas evidentes en esta problemática. Hay que tener en cuenta que la prevención universal precisamente va dirigida a la población que no consume, ayudándoles y preparándoles para vivir sin necesidad de correr los distintos riesgos que supone, en nuestro contexto, el consumo de drogas.
Este trabajo se realizará sobre todo, contemplando a las familias de niños y adolescentes como mediadores, siendo ellas las que pueden optimizar la prevención a partir del desarrollo natural de la educación. Intervenimos por tanto y fundamentalmente con los padres-madres, para que los mensajes preventivos lleguen más eficazmente a sus destinatarios últimos como son los niños y adolescentes.
A través de este programa y entre otras cosas, intentamos en un primer momento sensibilizar y motivar a los familiares de alumnos de los centros escolares, para asistir a cursos de prevención de drogodependencias, así como para formar escuelas de familias. Con el desarrollo de estas dos actividades apoyamos a estos padres-madres en su capacitación de cara a una eficaz prevención en sus hogares, desarrollando diferentes contenidos entre los que queremos destacar la importancia de la comunicación y el modelaje de los padres en la conducta de sus hijos.
3. PROGRAMA CON FAMILIAS CON HIJOS DE ALTO RIESGO:
Al trabajar específicamente con familias de adolescentes que ya están abusando de drogas de síntesis, de alcohol u otras drogas o que manifiestan conductas tendentes hacia ello, podamos ayudarles en la prevención que deben realizar.
4. PROGRAMA DE EDUCACIÓN DE CALLE:
Entendemos la Educación de Calle como un modelo de intervención socioeducativa que se lleva a cabo en medio abierto, utilizando entornos naturales de socialización para desarrollar pautas educativas adaptadas a la población con la que se pretende intervenir, es decir, grupos de adolescentes y jóvenes que presentan un alto riesgo de consumo de drogas con los que no es posible desarrollar una labor preventiva eficaz desde los mecanismos de intervención normalizados.
El modelo de intervención en medio abierto nos permite conocer, contactar e intervenir con dicha población en el mismo entorno en el que desarrolla su vida diaria, en el que se encuentran muchos de los factores de riesgo que les afectan y de donde deben surgir los factores protectores que desarrollen. Este modelo también nos permite contactar con toxicómanos que no se encuentran en rehabilitación y comenzar con ellos un proceso de motivación para que inicien un programa de tratamiento, así como un trabajo tendente a la reducción del daño producido por la dependencia a las drogas.
Por tanto, el trabajo consistirá básicamente en intervenir educativamente en medio abierto con menores en situación de alto riesgo.
5. PROGRAMA SOBRE NUEVAS ADICIONES:
Ante el problema generado por el desarrollo de nuevas adiciones, se intenta realizar un trabajo no sólo preventivo, sino además de apoyo a aquellas personas con problemas relacionados con su adicción al juego, televisión, telefonía móvil, ordenadores, Internet, juegos de rol, etc. Es por tanto, un trabajo relacionado con todas aquellas adiciones que no provengan del abuso de drogas, pero que por su similitud con la problemática generada por éstas hace totalmente necesario el trabajo en este campo.
6. PROGRAMA DE INFORMACIÓN Y ORIENTACIÓN:
Trabajo realizado con los drogodependientes y sus familiares, el que se procede a la evaluación de la situación que nos presentan, informándoles y orientándoles sobre las posibilidades de rehabilitación que mejor se adapten a su problemática, a la vez que se realiza un trabajo de motivación para su rehabilitación y, cuando es posible, se procede a su derivación a centros acreditados de rehabilitación.
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