Virgencita virgencita…

Cositas que he oído salir por primorosas boquitas femeninas aludiendo a su género: A partir de los 40 hay que elegir entre cara o culo. A partir también de esa misma edad la mujer es invisible. De los 50 en adelante hay que dejar que el cuerpo fluya para donde quiera (versión 1), o te ajamonas o te amojamas (versión 2). Y así sucesivamente hasta el desguace total. En lo referente al body y escapando de cuestiones estéticas la frase que más me aplica últimamente es “Si al despertar no te duele nada es que estás muerto”.

Por no hablar de esas partes del cuerpo que no es que te duelan duelan, pero están ahí tocando los huevos. En expresión de mi compa del alma “tengo muela”. Por ejemplo, lo normal es que no te enteres de que tienes dientes y muelas, o brazos…hasta que lo sabes de VERDAD, tienes pruebas, están ahí. Actualmente tardo un rato en levantarme y otro rato en completar la verticalidad. Luego doy unos pasos con la mano en el dorsal, entre el sacro y los lumbares. Acompaño esta danza con sonidos onomatopéyicos (leves). Hace casi diez años, a los 50, le dijo la radiografía al médico que era una ligera artrosis y el médico me lo dijo a mí acompañado de coletilla que acaba siendo otro nombre para el vademécum: normal a esa edad (para cualquier nuevo dolor recurrente). Sospecho ahora que ya no es tan ligera. Sumando lo que padezco y “lo que tengo” mi Denominación de Origen es Achacoso Crónico de las Rías Altas.

Añado presbicia (normal a tu edad), sordera (véase paréntesis anterior) y no soy “filatélico” de puto milagro. Como en perro flaco todo son pulgas la doctora me ha dicho que me deshiciera del salero y que ya veremos si del azucarero (pendiente de otro análisis). Si es lo que digo, el médico es el enemigo más amigo. Suma y sigue: las neuronas. Se han sindicado y me montan una huelga cada nada y ni servicios mínimos ni leches. Me meten en una bruma espesa y hambrienta que me devora. Han dinamitado el principio aquel “la línea recta es el camino más corto entre dos puntos” convirtiéndolo en un vía crucis. Tu vas, por ejemplo, a echarle un ojo al potaje pero no sabes cómo acabas en el váter leyendo una revista mientras se quema el guiso, menos mal que estoy bien dotado de narices, que por cierto, solo valen para oler, para robar aire son unas rajadas de mierda; se han convertido en un adorno exagerado.

Mira, ya solo me falta que inventen el Día Mundial de la Almorrana, que es otra que me da por culo, evidentemente. Y si no pues el Día mundial del Resto, o cualquier Día Mundial Chorras, será por días mundiales. En el fondo todos son Días Mundiales del Recuerdo para exonerar a la conciencia del olvido cometido los otros 364 días del año sobre todas esas enfermedades que están de santo un único día. Hala, tira millas. A por otro Día. Pero bueno, dentro de lo que cabe estoy contento por ser todavía de carne y hueso, que hay gente por ahí que parece un Ciborg, implantes dentales, prótesis de titanio…vamos, que hoy te vas a la tumba a los 104 años niquelao. Si es que dentro de poco ni minas de Coltán ni pollas, te vas a un cementerio y como se te de bien el día, te retiras. Ya verás lo poco que tardan en ponerte un password para entrar en uno (mientras vivas). Virgencita virgencita…