Peñarol se coronó campeón de la Liga Nacional de Basquet luego de vencer como local a Atenas y liquidar la serie final por 4 a 1.El nuevo exito -pasaron 16 años desde su primera conquista liguera- no fue casualidad. Mucho se ha dicho de las virtudes del campeón pero no está de mas repasarlas:
- Localía fuerte.
Perdió su primer juego como local ante Obras Sanitarias. Luego encadenó una racha de 28 triunfos consecutivos en su cancha.
- Comodín.
Leonardo Gutierrez. El jugador mas influyente y uno de los mas talentosos de nuestra Liga. Contagió a todos con actitud ganadora y fue un lider positivo en todo momento.
- Capitán del barco.
Suena repetitivo pero lo es. Sergio Hernandez supo comandar esta díficil empresa que fue llevar a Peñarol a lo mas alto. No le tembló el pulso a la hora de hacer cambios y apostó fuerte por los jovenes. Mantuvo a todos motivados e hizo las rotaciones necesarias para que sus dirigidos no terminen extenuados luego de jugar 5 torneos en un año.
- Jovenes con caracter.
A la explosión de Facundo Campazzo se le agregó el despegue definitivo de Marcos Mata. Los dos terminaron siendo determinantes en la conquista.
- Jugadores de rol.
Los Alejandros: Diez y Reinick. No tuvieron demasiado protagonismo pero cada vez que ingresaron le aportaron defensa e intensidad al equipo.
- Apuesta.
Se la jugaron con un solo extranjero pero repatriaron a Martín Leiva para fortalecer el juego interior. El pivot aportó más que muchos extranjeros de su posición. Una medida que muchos equipos deberían imitar.
Peñarol supo hacer bien las cosas y es un justo ganador. Un ejemplo a imitar.