Revista Religión
AP | La rápida propagación de la fiebre chikungunya, se ha convertido en una amenaza letal para los países latinoamericanos que están siendo afectados por este virus, similar al dengue. El cual, se extendió desde Centroamérica y el Caribe a Estados Unidos.
El virus es endémico en el sudeste asiático, África y Oceanía. Llegó a América el pasado diciembre, cuando se detectó por primera vez en la parte francesa de San Martín, informa CNN.
Desde entonces se ha propagado por el Caribe, y ha sido detectada en más de 20 países, con 165.000 posibles casos, según la Organización Panamericana de la Salud.
Al igual que para el dengue, no existe ni vacuna ni medicamento para curar la fiebre chikungunya, por lo que los pacientes sólo son tratados con el analgésico acetaminofén para calmar los síntomas.
Por lo cual, el ministerio cristiano Operación Bendición de CBN está proporcionando ese tipo de medicamentos para ayudar a tratar el brote en Haití. Esta organización distribuirá las medicinas a las clínicas en las zonas rurales pobres de ese país.
La artritis epidémica chikungunya genera síntomas similares al dengue, pero con fiebre más prolongada e intensos dolores en las articulaciones, vómitos y erupciones en la piel. Aunque no representa peligro inminente de muerte, en algunas ocasiones los pacientes sufren altos niveles de deshidratación y los síntomas pueden permanecer hasta dos años, de acuerdo con Jacqueline Medina, especialista en epidemias del Instituto Tecnológico de Santo Domingo.
Belsi Gonzales, vocera de los Centros de Prevención y Control de Enfermedades de EE.UU., dice que el virus se transmite por la picadura de mosquito, el mismo responsable de la transmisión del dengue: aedes aegypti y aedes albopictus, conocido como el mosquito tigre.
Según Gonzáles, los casos registrados en Estados Unidos han sido de gente que visitó países en los cuales es más prevalente, por lo general lugares de clima cálido, por lo que recomienda a viajeros y residentes afectados a que se protejan.
La enfermedad era común en Asia y África desde 1953 y se registró por primera vez a finales de 2013 en el Caribe, según datos de la OPS.