Revista Cine

Visionado: "360. Juego de destinos", de Fernando Meirelles. "Perdidos en la encrucijada"

Publicado el 30 junio 2013 por Cinetario @Cinetario

Nota: * * *
La última película de Fernando Meirelles, 360. Juego de destinos, se basa en la famosa obra teatral La Ronda, de Arthur Schnitzler. Sin embargo, según el cineasta brasileño, de ella solo pretendía tomar el punto de partida y la 'idea básica'. En definitiva, le interesaba crear una historia dentro de la cual habitaran muchas otras, pero en las que siempre las acciones de un personaje pudieran tener consecuencias, de forma más o menos dramática, sobre otras vidas.
Un planteamiento interesante que no aporta nada nuevo, sin embargo, bajo el sol. Presenta auna serie de personajes con sus respectivos vacíos existenciales (sentimentales, sexuales, falta de amor propio) que se encuentran, comparten vivencias y se separan para continuar, cada uno, por su camino. Mientras nosotros, a bordo de la línea argumental, nos quedamos con uno de ellos y le seguimos los pasos  hacia un nuevo encuentro.
La narración tiene sentido del ritmo y sus imágenes desprenden cierta sofisticación. En definitiva, es una película formalmente correcta, pero abruma la poca intensidad emocional que desprenden las historias. Es como si perdieran su sentido al ser abordadas con un tono aséptico con el que el cineasta parece  crear un nuevo estilo para su filmografía.  Es este un acento extraño en el que nos resulta difícil reconocer al Meirelles lleno de vida y vibrante, completamente entregado a sus historias como en Ciudad de Dios o El jardinero fiel.
Sin embargo, esa frialdad, no se debe a la construcción coral de la película transitada por diversos episodios y, donde inevitablemente, podría parecer que hay poco tiempo para profundizar en cada un0 de ellos. El filme se inmiscuye, de repente, en la vida de unos personajes que llevan tiempo arrastrando sus problemas, su dolor, sus sospechas o su desconcierto. Y lo hace con templanza, con precisión de cirujano y colocando inmediatamente al espectador en situación, en una posición privilegiada de ‘voyeur’ (el uso frecuente del split screen le sirve al autor para reforzar esa sensación de omnisciencia morbosa y para dejarnos disfrutar de las esforzadas y, en ocasiones, fantásticas interpretaciones de los actores). Desde luego, Peter Morgan, guionista del filme y el director Fernando Meirelles han demostrado una gran pericia en ello, resultando creíbles, además, todas las conexiones que funcionan y se suceden de manera natural. 
La sensación gélida se debe, quizás más, a su desarrollo, a la manera en la que han elegido contarnos y abandonar esas breves historias. Así, da la sensación de que la película vive demasiado preocupada en tirar hacia adelante, en continuar su camino de círculo para terminar donde comenzó: en un sarcástico final que nos recuerda lo anecdótico de nuestra existencia. Una de tantas, un universo lleno de experiencias, conexiones, oportunidades que se cogen al vuelo, a la desesperada o por inconsciencia, pero que inevitablemente desaparecenen la indiferencia de un mundo, demasiado habitado, que continúa con su giro de 360 grados.
Las buenas intenciones, la idea de Meirelles, nos deja con la miel en los labios. De buena gana nos hubiéramos asomado, un poco más, al par de historias que realmente cautivan. Como la protagonizada por Anthony Hopkins, un padre atormentado por un episodio dramático en su vida, y su encuentro casual, durante un vuelo, con unajoven brasileña, Laura (María Flor), que huye de un amor roto. La conexión entre estos dos seres humanos, su incipiente amistad realmente funciona, mucho más que otros episodios tan prescindibles como el de la enamorada ayudante del dentista francés, Valentina, al que no nos hubiera importado darle el esquinazo. Una historia forzada  que simplemente  nos permitirá  llegar hasta otro raro, exótico puente de unión que se establece entre un guardaespaldas de un mafioso ruso y la hermana de la prostituta con la que iniciamos la película. Una joven que también 'disimula' creyéndose dueña de su destino.

Volver a la Portada de Logo Paperblog