Visionado: "Mindscape", de Jorge Dorado: "La tensión como objetivo"

Nota: * * *La ciencia-ficción y el thriller de vuelos sencillos están de moda. Es de lo más normal que tras una década sometidos a los avances tecnológico-digitales que han hecho posible casi todo en el cine, los espectadores agradezcamos no sólo las películas híbridas en su género, como es el caso de Mindscape, sino la capacidad de insertarse en nuestra mente sin grandes efectos especiales. Esta película viene a refutar precisamente eso: que la tensión no bebe únicamente del estrépito sonoro-visual, sino que puede objetivarse con una buena historia y una dirección de actores medianamente correcta.No es una película sobresaliente y tememos que se quedará en olvidable, pero nos debemos a la honestidad de concebir este debut en el largometraje del joven realizador madrileño Jorge Dorado, desde su buena factura, sus trucos para no aburrir y lo que significa como promesa de la carrera de este cineasta, nominado en Dirección Novel para los próximos Premios Goya. Se trata también del debut de la producta Ombra Films, fundada por el cineasta catalán autoexiliado a Hollywood Jaume Collet-Serra.Bajo este prisma, el principal mérito de Mindscape es su sencillo y poderoso arranque, donde el contexto de la existencia de unos "detectives de la memoria" se ofrece en un par de pinceladas como único elemento sobrenatural. El argumento toma la forma del suspense por medio de la misión de uno de estos investigadores, interpretado por un magnético Mark Strong, quien debe tratar los desórdenes mentales de una adolescente, en el rostro de Taissa Farmiga (casi en el mismo papel que en la serie American Horror Story), al tiempo que se enfrenta con sus propias pesadillas, en la forma del suicidio de su mujer. Sí, la carga de Origen y El sexto sentido es tan evidente que más parece un tributo, sobre todo en las formas de inspección de la memoria y en el carisma que las cámaras dejan recaer sobre la joven paciente.Y en el posterior desarrollo de la historia es donde comienzan a flojear algunos elementos. La meticulosa corrección, que parece propiciada por el miedo de Dorado a parecer excesivo o pretencioso, hace que la historia se vuelva algo previsible, alargando esa tensión a la que aludíamos al principio como si fuera el único objetivo de la historia. Funciona en cuanto a la sugestión del espectador, que aunque adivinando un posible giro inesperado, convive con el drama de sus personajes de manera natural, aunque pensemos que la química entre investigador e investigada no está del todo conseguida.Hay otros recursos, como la estupenda banda sonora de Lucas Vidal, que ayudan al sencillo envoltorio de Mindscape, y que permiten que al final la mejor sensación sea la de no haber perdido el tiempo. No somos aquí de buscarle un sentido inexistente a los productos que sólo ofrecen entretenimiento. Y aunque comienza a saturarnos que el talento español que rueda fuera de nuestras fronteras siga centrándose (léase Juan Carlos Fresnadillo o Rodrigo Cortés) en esa categoría que se bambolea entre el suspense, el thriller psicológico y la sci-fi, sabemos no están los tiempos para ponerse exquisitos. Mindscape es un buen debut y es de buen cinéfilo saber abrirle paso.