Revista Cine

Visionado: "Prisioneros", de Denis Villeneuve. "En la cárcel de los actos"

Publicado el 07 noviembre 2013 por Cinetario @Cinetario
Nota: * * * *
"Hay que prepararse para todo. Sobre todo para lo malo". Y en el caso de Prisioneros, para una de los thrillers del nuevo 'noir' más asfixiantes de los últimos años, algo bueno para un cinéfilo y malo para los muy sensibles a las tensiones humanas. El director canadiense Denis Villeneuve regresa tras el apabullante éxito de público y crítica de la obra maestra Incendies (2010), para dejarse hacer por la industria norteamericana. Y ha sido llegar y triunfar. Con dos figuras de primera línea como Hugh Jackman y Jake Gyllenhaal de protagonistas, este cineasta ha sabido convertirse en referencia contemporánea de la mano del escritor y guionista Aaron Guzikowski, con uno de los mejores guiones del año.Un hombre conservador, obsesionado por la seguridad de su familia, patriota y profundamente cristiano, Keller Dover (Jackman) se enfrenta al desmoronamiento de su vida cuando desaparece su pequeña de seis años, junto con la hija de unos vecinos. La tristeza, la impotencia y la necesidad de demostrarse a sí mismo que el mundo funciona según las reglas del dolor, harán que decida actuar por libre, sin atender a las recomendaciones del investigador de la desaparición, el inspector interpretado por Gyllenhaal. Ambos son hombres sobrios, habitantes de un pueblo lluvioso y rodeado de bosques, anclado en la América profunda, con esos planos de lana y de pies fríos que tanto nos gustaron en las también gélidas Winter´s Bone o Zodiac.No es una película fácil ni cómoda. Está narrada a base de continuas elipsis y secuencias que tan sólo consiguen explicarse al final, y si el espectador ha conseguido retener en la memoria cada detalle. Es un rompecabezas inteligente que apela a las emociones mediante un continuo vaivén de valores morales, en un pasillo muy estrecho donde la justicia, la venganza, la tristeza y el odio no nos dejan circular con comodidadPorque Prisioneros está hecha de un material pedagógico sólo para adultos, de un suspense inaudito, casi irrespirable, donde nada es previsible, y la sospecha del espectador vuela de un lado a otro, intentando justificar o redimir los actos más depravados de un padre desesperado y confuso, al tiempo que queremos conocer, condenar, exculpar o salvar a un presunto culpable, maltratado, desenfocado y débil.Y pese a la carga emocional que Villeneuve suelta sobre los dos protagonistas (Jackman está de Oscar), encerrados en esa lluvia, agua-nieve metafórica de la frialdad calada del guion, el resto del reparto forma una maravillosa interpretación coral donde Viola Davis y Maria Bello (las madres de las dos niñas desaparecidas), junto con Melissa Leo (madre del principal sospechoso), se ofrecen tan dramáticas como dolorosamente realistas. Mención aparte merecen Terrence Howard (padre de la otra secuestrada) o Paul Dano (el confuso culpable, al que pronto veremos también en 12 años de esclavitud), contrapartidas de la esquiva moralidad de la historia.Todos los personajes, y nosotros con ellos, son al final los prisioneros del título de la película. Están encerrados en la cárcel de sus actos, atrapados en la eterna celda de la mente. Son dos niñas las secuestradas, pero con ellas desaparece también la concepción de la fe que tienen todos ellos, por vía del sometimiento a la brutalidad de la vida. Al final hay un motivo para todo, una acción-reacción levemente explicada y que resulta ser lo de menos cuando ya la transformación interna del relato ha hecho que nos cuestionemos hasta quiénes podríamos ser, llegado el caso.

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