IN FABRIC (Peter Strickland, 2018)
Peculiar e inclasificable producción de terror que se aleja de los cánones para establecerse en un nivel distinto en el que la película propone sus propias reglas. Con un alto componente sugestivo y que parece ir dirigido al subconsciente del espectador, todo en In Fabric parece diseñado para causar extrañeza, desde la desaparición de la protagonista a la hora de película hasta la extravagancia de los personajes secundarios. Con una mezcla entre terror inquietante con influencias del giallo, y la comedia de humor negro y surrealista, no puede negarse la originalidad de la propuesta de Peter Strickland. Película que funcionará dependiendo de la capacidad de soporte de extrañeza del espectador.
EXTRA ORDINARY (Enda Loughman, Mike Ahern, 2019)
Divertida producción británica que parodia el subgénero de “cazafantasmas” desde una óptica desenfadada y muy british. Extra ordinary sabe jugar bien sus bazas, comenzando por la frescura de la protagonista (una divertida y potente interpretación de Maeve Higgins) y siguiendo por la pintoresca excentricidad de los secundarios, entre los que destaca el papel de Will Forte. A nivel técnico la cinta sorprende con unos efectos especiales de bastante nivel, que nos regalan algunos de los momentos más extravagantemente cómicos de la reciente comedia de terror. Aunque funcionará mejor en el entorno de un festival, su visionado resultará agradecido en cualquier circunstancia.
COME TO DADDY (Ant Timpson, 2019)Original propuesta que se emplaza en una mezcla de géneros que la convierte en una de esas películas de difícil definición. Con un fino humor negro sobrevolando siempre el metraje, Come to daddy se beneficia de una rara contraposición de personajes que funciona muy bien, ofreciendo un duelo interpretativo entre Elijah Wood y Stephen McHattie realmente estimulante. A mitad de película el guion pega un giro radical que hace que la trama se dirija a un lugar inesperado. Es cierto que durante esa segunda mitad la cosa pierde fuelle y se va un poco de madre, pero no hay que restar mérito al interés que ofrece la película en su conjunto.
KILL LIST (Ben Wheatley, 2011)
Contundente. Es la primera palabra que acude a mi cerebro tras el visionado de Kill list, verdadera joya cinematográfica que reveló a Ben Wheatley como una de las grandes promesas del cine de género. Aquí se mezcla el thriller sin concesiones con el terror, en una historia muy cruda y muy pegada a los personajes en todo momento. La manera en que rueda Wheatley, manteniendo una atmósfera inquietante durante todo el metraje y dotando de gran profundidad a sus personajes, resulta un salvaje navajazo al espectador cuando este esperaba un puñetazo. Ejemplo de cómo generar tensión con un estilo propio, Kill list noquea de modo honesto y sin ambages a quien se enfrenta a ella, logrando un giro insospechado en su tramo de desenlace. Si no la han visto, háganlo en cuanto puedan.