Hete aquí mis queridos y queridas amigotes y amigotas, amiguetes y amiguetas, ilusionados lectores e ilusionadas lectoras (esta vez no me pilláis) que vuestro amado y admirado bloguero Sorokin consiguió escapar de su encierro bruselense en cuanto nos dieron permiso para salir del país, así es que vuestro seguro servidor y su compañía consiguieron un billete de avión, se hicieron un SCR y un PLF (suena fatal, pero no es nada obsceno)y se largaron una semanita larga a Andalucía.
Aparte del natural descanso que implica el estar al lado del mar a 24ºC, huyendo de las lluvias belgas, decidimos ir a visitar lo que sus habitantes llaman "el único museo habitado del mundo": Genalguacil, el pueblo museo, en plena Serranía de Ronda:
Google recomienda, o más bien propone, dos rutas desde Manilva, que es donde nuestros espíritus fatigados se solazaban.
Yo os recomiendo si queréis ir que toméis la ruta por Gaucín (ya os hablé de tan singular pueblo. Pinchad aquí si vuestra memoria os falla). Es una carreteras que tiene más curvas que la peluquera de mi barrio, que levanta oleadas de admiración cuando se pasea (ojo: no me acuséis de machismo, es un hecho constatado), pero que está en buen estado. Para volver se me ocurrió coger la otra carretera, cosa que os desaconsejo formalmente, porque, además de curvas, está llena de desprendimientos del terreno y zonas con el firme dañado.
Pero bueno, que ya estáis a la entrada de Genalguacil. Hay un aparcamiento a la entrada que tiene un letrero totalmente cabalístico:
A ver si alguno de vosotros, inteligentes lectores me explica qué entiende en ese galimatías.
Pero, en fin, la primera escultura os saluda antes de entrar. Es u tronco de árbol con unas misteriosas caras:
Mucho más comprensible es otra escultura en un tronco que está en el interior del pueblo:
Si seguís andando por sus calles empinadas, podréis ir contemplando una escultura tras otra.
La ofrenda
La muñeca preñá, de Mercé Iglesias
Fusión, de Jaime Becerra
El Patarino, de Ramón Paredes
Impulso, de Alfredo Coza
Y no os sorprendáis si en un recodo de una calle aparece la mismísima Pantera Rosa.
En el extremo del pueblo, aparece volcada sobre el vacío, "Abrazando la luz" de Haro.
Si seguís el recorrido por el pueblo, podréis comprobar que el arte popular está presente por todos lados:
Y para relajaros finalmente, podéis seguir hasta la Plaza Mayor, con unas vistas maravillosas de la Serranía:
Si después de terminar el recorrido y sobrevivir a la ruta gris (ver mapa, más arriba), llegáis a Sabinillas, podéis visitar para continuar inmersos en el arte, la exposición de pinturas de J.D. Smith en el bar "Florita", en el paseo marítimo. Lamentablemente creo que se termina el día 31, así que os queda poco tiempo. Bueno, tal vez la prolonguen:
Y como colofón de tan maravillosa jornada, os recomiendo que vayáis a la Brasserie Belge, "QG" de nuestro amigo José González, sitio de reunión de todo el mundillo belga de la región:
En QG hay más de cien cervezas belgas. Por ejemplo, una fastuosa "Kwak" con su vaso especial y todo (cuidado al llegar al final, que no salte la cerveza fuera del vaso, sería una pérdida)
Además, este año, como novedad tiene algunas tapas belgas, como estos jugosos mejillones, amén de hamburguesas, patatas fritas a la belga, filete americano. Si no sabéis lo que es, preguntad a un belga. Los franceses lo llaman "tartar". En fin, hay un diccionario belga-francés para los que habláis francés, pero no belga.
Bueno, voy a dejar de daros la brasa, que ya estuvo suave. Y es domingo. Venga besotes, besazos, besines y, en general, besos.