Después de comer en Valeta decidimos acercarnos hasta Blue Grotto para pasar la tarde. Nos dirigimos desde Merchant Street hasta la entrada de la ciudad, donde paran todos los autobuses. Tenemos que tomar el 71, que nos lleva hasta Iz-Zurrieq y bajarnos en la última parada.
Pero cuando el autobús se detiene y el conductor nos indica a todos que nos bajemos porque el recorrido ha terminado por allí no hay ni rastro del mar ni de ninguna gruta. El cartel de la parada indica que de ahí a la Blue Grotto hay todavía 7 minutos en autobús, parece que no todos llegan hasta el final así que toca esperar por el siguiente. Tardará un buen rato todavía, así que aprovechamos para sacar alguna foto en unos jardines próximos y a la iglesia, aunque está cerrada.
Por fin llega un autobús pero al preguntar al conductor si se dirige hacia Blue Grotto nos dice que no, que tenemos que coger el próximo. Bajamos y llega otro al momento, que ya por fin nos lleva hasta allí. Las vistas desde el autobús son espectaculares y nos bajamos en la parada de abajo, llamada Blue Grotto. Luego nos dimos cuenta que hubiera sido mejor bajarse en la parada anterior, para poder hacer el trayecto caminando ya que hay sitios para sacar buenas fotos.
A la izquierda está el mar, un mirador desde donde hacemos unas cuantas fotos y a la derecha algún restaurante y el camino para tomar las barcas que te llevan por la gruta. Compramos un helado en la heladería de enfrente del parking y bajamos a ver qué se puede observar desde allí.
La barca que te lleva a la gruta vale 7,5 euros para los adultos y 3,5 euros para los niños. Decidimos que no vamos a subir ya que es muy similar a lo que vimos en Gozo y sin embargo, cuesta más del doble. Caminamos por la montaña observando las vistas y decidimos subir por la carretera hasta la anterior parada de autobús desde donde había unas vistas espectaculares.
Como decía antes, es mejor bajarse en esta parada (Panorama) y no en la siguiente (Blue Grotto), ya que de esta manera se pueden hacer fotos desde allí y observar la Blue Grotto para después bajar hasta las barcas sin tener que subir esa cuesta con todo el calor. Para no tener que retroceder, buscamos una parada por allí arriba pero no la encontramos, así que regresamos a la parada de Blue Grotto a esperar el autobús que pasa cada hora. Es importante mirar antes los horarios porque con esas frecuencias, si te despistas te toca esperar una hora al próximo. Dudamos si regresar a Valeta, pero al final decidimos tomar el 201 hacia Dingli, igual llegamos a tiempo para ver la puesta de sol en los acantilados.
Cuando llega el autobús nos subimos y nos dice la conductora que va hacia Rabat, pero que primero pasa por el aeropuerto. La alternativa es quedarnos allí esperando a que regrese, así que decidimos subir. Vamos al aeropuerto y de nuevo regresamos a la Blue Grotto, ¡vaya vuelta más tonta!
Pasamos cerca de los acantilados pero ya el sol se ha metido y no vale la pena bajarse, ya que tendríamos que esperar otra hora para coger el próximo autobús. Decidimos seguir en el que íbamos hasta llegar a Rabat, donde cogeremos el X3 hasta Bugibba, que por suerte está allí nada más bajar del otro. Podríamos haber acortado camino cogiendo el X3 en el aeropuerto, pero la opción de visitar los acantilados nos atrajo más… lástima que había anochecido. La visita queda pendiente para otra ocasión junto a la caminata por los alrededores de los templos de Mnajdra y Hagar Qim.
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