Vamos a resumir en “Otorrino”.
Hace meses, Bebé Fúturo se ponía enfermo a menudo de un resfirado. La razón principal ha sido entrar en la guardería. Y, la mayoría de los resfriados, desencadenaban en una otitis. Por lo menos tuvo tres y bastante seguidas con tratamientos de antibióticos. Así que nos recomendaron ir al especialista: el Otorrino.
Por diferentes vías nos llegó la recomendación de un Otorrino en particular y, al pedir cita, nos la dieron con cuatro meses. Pero nos aguantamos.
Casualidades de la vida, se resfrió cuatro días antes de la cita. No nos alegraba, pero el Otorrino vería a Bebé Fúturo en plena acción…
Y así fue, llegamos a la consulta y nos toca esperar nuestro turno. A pesar de ser finales de julio, ahí había una cantidad de gente que, por sí misma, podría repoblar un pueblo entero y volverlo realmente fructífero. Esperamos un rato curioso.
Al entrar, nos encontramos a un hombre amable y simpático que nos hizo sentarnos en una silla especial donde tenía choporrocientos aparatos. Se asemejaba a la visita al dentista. Me pidió que me sentara con Bebé Fúturo encima y le sujetara.
Le puso unas cámaras por el oído, y nada más meterlo en el primero dijo un temido “¡Ahí va!”. Parece ser que se encontró la otitis de lleno… Y eso que ni ha tenido fiebre ni dolor, nada que nos indicara a nosotros que estuviera sufriendo de otitis.
Después le puso otra cámara por la nariz.. Y de ahí sólo vimos mocos, mocos y más mocos. Era imposible encontrarle nada.
Así que nos comentó que parecía tener otitis supurativa bilateral. Que podría desembocar en una pérdida del sentido auditivo hasta de un 75% si no lo tratamos. Si no mejora, incluso habría que entrar en quirófano para ponerle unos drenajes.
Nos mandó un sinfin de medicamenos, gran parte para ser inhalados con aerosoles. Y nos recomendó dejar la guardería, dado que éste aumenta por 8 las probabilidades de sufrir esta enfermedad, aunque la lactancia materna que mantenemos le suponga sólo un 50% de probabilidades… Hemos tenido que decir que no a esa recomendación.
Así que a ver qué ocurre en la siguiente revisión… ¿Nos ahorraremos pasar por quirófano?