Durante las fiestas patronales de El Provencio pudimos hacer una visita al Pago de la Jaraba, un paraje situado entre los términos de El Provencio y Villarrobledo donde además de bodega encontramos una quesería y una almazara, lo que le hace única en España. Además desde hace unos años ha conseguido la condición de Pago lo que le confiere una singularidad de sus vinos.
¿Cómo llegar al Pago de la Jaraba?
La única forma de llegar es en coche pasado El Provencio en el cruce de San Clemente tomamos dirección Villarrobledo hasta la indicación del Pago, a la entrada hay un parque de placas solares así que no tiene pérdida.
Para poder visitar el Pago debemos realizar la reserva previamente:
Llegada al Pago
Una vez que entremos a la entrada al Pago a unos metros encontraremos el edificio donde se encuentra la bodega, que es el centro de recepción de visitantes. A la entrada tienen un mirador a modo de quiosco de musica desde donde poder ver el mar de viñedos que tiene este paraje de 1000 ha. Tras la puerta se encuentra el tren turístico con el que se recorre las diferentes instalaciones con una capacidad de 54 personas.
Montamos en el tren en dirección a la quesería, debido al calor del verano no hicimos parada en la nave en la que estaban las ovejas, ya que las moscas y los olores no eran muy agradables. Pero si la cruzamos con el tren turístico y pudimos verlos. Los comentaron que las tienen divididas por un lado las crías, las que están embarazadas y las que acaban de parir ya que cada una requiere una alimentación diferentes. También nos indicaron que tienen el certificado de bienestar animal por lo que los animales se encontraban en buen estado y con un espacio adecuado para ellos.
Visita a la Quesería
Tras aparcar el tren accedimos a la quesería en un edificio que seguía la estética que el edificio de la bodega. Durante la visita nos comentaron que sus quesos son 100% queso manchego artesanos. El matiz artesano significa que no pasteurizan la leche antes de hacer el queso. Esto le obliga a que sus quesos tengan que guardar una cuarentena para poder ser consumidos, que elimine los microorganismos presentes en la leche. Por ese motivo no hacen quesos frescos, sino que directamente tienen que ser curado o semicurado.
Como otras queserías el proceso es similar, salvo que al tener el ganado junto a las instalaciones tienen una producción continua de leche por lo que la quesería está en producción todos los días salvo el domingo.
Visita a la Almazara
Tomamos de nuevo el tren turístico para acercarnos a las instalaciones de la almazara. Pese a disponer de unas instalaciones para una gran producción, sus niveles son más modestos. Esto se debe a como nos comentaron, no recogen la aceituna como sería de esperar en el mes de diciembre o enero cuando la aceituna esta lo suficiente madura para que se desprenda fácilmente del árbol, sino que la recogen en el mes de octubre cuando todavía está verde para conseguir intensificar los aromas del aceite. Aun así, esto tiene un pero y es que el 60% de la aceituna se queda en el árbol ya que la maquina solo puede extraer una parte debido a que no está lo suficientemente madura para que se desprenda fácilmente del árbol.
Así que con una producción modesta, en el momento que se decide que es el punto adecuado de recogerla, en el mismo día ya tiene aceite para poder envasar.
Sorpresa de la visita
Antes de continuar de vuelta a donde empezamos para visita la bodega, hicimos una parada a un molino manchego. Este molino de nombre Gaspar como el responsable del Pago, es un capricho de su dueño por lo que es bastante nuevo con una maquinaria completa para poder hacer una molienda. Si queréis ver en funcionamiento el molino cada año en San Isidro hacen la molienda e incluso hacen un bizcocho con la harina del molino.
Tras subir al molino y ver la maquinaria y las vistas desde las ventanas, continuamos nuestra visita.
Visita a la bodega
Llegamos de nuevo al edificio principal para dar un paseo por la bodega. El Pago dedica 77 ha al viñedo donde se cultivan las variedades como Tempranillo, Graciano, Cabernet Sauvignon, Merlot y Sauvignon Blanc. Además de estar catalogado como Pago por la singularidad de sus suelos, forma parte de la DO de La Mancha.
Una vez en la bodega vemos los depósitos y barricas que se mimetizan con la decoración del edificio. Su proceso de producción del vino no difiere a de otras bodegas. Utilizan por ejemplo el volcado de la uva por gravedad un sistema más ecológico y más natural para iniciar la fermentación de la uva.
De este proceso consiguen tres tintos bajo tres marcas: Azagador, Viña Jaraba y Pago de La Jaraba. El primero elaborado con uvas de Tempranillo, Merlot y Graciano. El segundo y el tercero son un coupage de Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Merlot, siendo el tercero elaborado con uva seleccionada. En cuanto a vinos blancos producen dos vinos monovarietales de uvas de Chardonnay y Sauvignon Blanc.
Nos adentramos a la nave de barricas, primero una de grandes dimensiones y posteriormente la que se utilizan para la fermentación maloláctica de sus tintos más importantes.
Terminada la visita realizamos la cata de sus productos, con una bandeja de quesos, otra de pan donde mojar su aceite, acompañados de una copa de vino tinto. El lugar de la cata también tiene su encanto ya que es la entrada del patio de la casa donde se expone objetos tradicionales como tinajas de Villarrobledo hasta azulejos de Talavera, todo muy manchego y con un encanto muy especial. Tras disfrutar de los productos del Pago pasamos por la tienda, donde nos llevamos para casa una botella de vino, un queso y un aceite.
Y así terminamos nuestra visita por este Pago tan singular, una visita que bien merece la pena realizar ya que son tres visitas en una. En un espacio que representa todo el encanto de la arquitectura manchega.
Más información
Dónde comer
Después de la visita os recomiendo acercaron a comer al Hotel Restaurante Tierrallana para después dar una vuelta por El Provencio donde podréis descubrir una de las mejores rutas de arte urbana de España
Dónde dormir
Si queréis descubrir el Pago de la Jaraba y recorrer los bonitos rincones que esconde la comarca del Záncara, aquí tenéis los mejores alojamientos: