El edificio del Ministerio de Agricultura, vamos, el Palacio de Fomento, es uno de mis favoritos de Madrid. Siempre que paso por delante acabo sacándole una foto o me quedo embobada con él, es una verdadera maravilla.
Siempre quise entrar, y sabía que había visitas teatralizadas, pero cuando iba a reservarlas nos confinaron y luego dejaron de ofrecerlas.
Hasta hace poquito. Tienes que entrar en su web el primer día hábil de mes para hacer la reserva, si no, vuelan. Y hay dos opciones: visita guiada gratuita o visita teatralizada por 8€. Por desgracia, el primer día hábil de mes, cuando abrieron cupo, me pilló en una situación en la que no podía echar mano de la tarjeta, por eso me apunté provisionalmente a la visita guiada y, diez minutos después, cuando ya tenía la tarjeta, no quedaban huecos. Otra vez será.
La visita es los sábados a las doce y hay que pasar por el control de seguridad, pero es relativamente rápido. La guía era muy maja y se notaba que sabía, y mucho, del Madrid de finales del siglo XIX, cuando se levantó el edificio, así como de la historia del mismo, ya que hicimos repaso por algunos de los personajes que han pasado por el palacio como ministros de fomento de distintos tipos de gobiernos.
Es una pena que haya bastantes zonas vetadas (cada vez más, según parece), porque además de ser un lugar precioso y con mucha historia encuentras detalles curiosos por ahí: desde los despachos hasta los patios de luces, pasando por los indicadores antiguos. Además, hay muchas obras del Museo del Prado que están colgadas en sus paredes.
Vamos, que salí muy contenta de la visita, a ver si estoy preparada la próxima vez y puedo apuntarme a las teatralizadas.