Foto de la entrada al XX Salón del Manga de Barcelona (Fuente: Ficomic)
Este nuevo certamen, que finalizó el pasado 2 de noviembre, fue visitado por más de 130.000 visitantes, lo que supone un nuevo récord en la historia de Ficomic. Este año, el Salón del Manga celebraba su vigésimo aniversario con un aluvión de artistas mundiales y la compañía de Pokémon, además de ampliar nuevamente su espacio y los horarios, por lo que para Santamaría, director del Salón del Manga, aprobaba muy positivamente los resultados para demostrar que el Salón "crecía cuantitativa pero también cualitativamente".
Por mi parte, pude asistir dos días. Como todos los años, mi cita con el Salón del Manga empezaba el día de la apertura, jueves en este caso, que es cuando aprovecho para tomar fotografías del recinto y las exposiciones, admirar las mil monerías de los stands sin tener que pelearme con nadie y, en definitiva, hacerme una idea de lo que ofrece Ficomic. Así, mi primer paso fue acercarme a la exposición central que abría el Salón del Manga, que no era otra que la dedicada a Pokémon. Sin ir más lejos, un Pikachu gigante sobrevolaba el pabellón de los videojuegos, controlando a todos los asistentes y asegurándose que disfrutaran de la experiencia.
Pikachu
Exposición Pokémon
Exposición Pokémon - Personajes
Exposición Pokémon - X & Y
Esta exposición, muy bien estructurada y con el predominio del amarillo característico del pelaje de Pikachu, era una extraordinaria colección de obras de arte seleccionadas del rico y amplio universo de videojuegos Pokémon, cortesía de Nintendo España y The Pokémon Company. En esta serie de cuadros se podían descubrir creaciones de seis regiones Pokémon clave, como Kanto o Johto, que millones de personas de todo ele mundo han explorado durante las dos últimas décadas. Ellas eran acompañadas de bocetos de los personajes y hasta de un par de ilustraciones divertidas. Además, se exponía una colección inédita del trabajo preliminar de Pokémon Negro & Pokémon Blanco y Pokémon X & Pokémon Y. Toda una exposición que dejaba con la boca abierta y con ganas de convertirse en el mejor entrenador Pokémon del mundo.
Seguidamente, di una vuelta rápida por los stands para comprobar novedades y pendientes y realicé mi primera compra obligada en Norma Editorial: el tomo del spin-off de Ataque a los titanes, Birth of Levi. Digo obligada porque la primera edición traía en exclusiva un prólogo a color, y todo lo que sea de Isayama, aun con otro dibujante -en este caso, Hikaru Suruga-, ha de ser mío. Tras esto, me topé con las exposiciones de los mangakas Takeshi Obata y Kengo Hanazawa, ambos invitados en este certamen y de la mano de Norma Editorial, dedicadas a sus obras de All you need is kill y I am a hero, respectivamente.
Exposición de Takeshi Obata
Página de All you need is kill, de Takeshi Obata
Exposición de Kengo Hanazawa
Viñeta de I am a hero
No opté a ninguna firma ni conseguí entrevistarme con ellos, pero fue todo un placer apreciar estas exposiciones sobre su arte y trayectoria. Si os ha gustado su estilo, os recuerdo que sus obras están publicadas por Norma Editorial.
El sábado me acerqué nuevamente al Salón del Manga para acabar de fotografiar las exposiciones que fueron de mi interés y, ahora sí, gastar dinero en todo tipo de frikadas diferentes. Claro está, mi primera parada fue la planta superior del Palacio 2, dedicado al Espíritu de Japón, con exposiciones del arte del ikebana, bonsais y hasta de mitología japonesa.
Exposición El Espíritu japonés en 14 conceptos
Jardines
Exposición de bonsáis
Relajación en el Salón del Manga
En esta planta se respiraba tranquilidad y un toque más que asiático, con con diversas actividades relacionadas con la cultura tradicional japonesa, la espiritualidad y las terapias naturales. Con un espacio de 6.000 metros cuadrados, este espacio incluía una gran exposición de ikebana y jardines zen, incluso hasta una sala de meditación, un espacio de Reiki, de Shiatsu y un taller de Macrobiótica.
Y tras esto, sacié mi vena consumista, haciéndome con ciertas monerías que había fichado el jueves pero quise contenerme a no comprarlas (ya sabéis, lo típico de en realidad no me hace falta, pero...), como un monedero en forma de cabeza de tigre, un par de cómics pendientes y la figurada que toda fan de Sobrenatural necesita en su estantería.
Me despido otro año más de un Salón que, aunque ha tenido unas exposiciones colosales y muy bien estructuradas, a destacar el espacio dedicado a Pokémon y a el Espíritu de Japón, me ha dejado un poco hambrienta. Ha habido donde escoger y abarcar, pero me ha costado encontrarle la chispa de otros certámenes anteriores. Eso sí, no nos podemos quejar de aforo, pues consiguieron venderse las entradas de todos los días, y al tener el escenario de concursos en la entrada, se respiraba en todo momento la emoción de cumplir 20 años en uno de los eventos más importantes del manganime existentes.
¿Fuisteis al XX Salón del Manga de Barcelona? ¿Qué os pareció?