HBO ha desembarcado en España para ofrecer todo su catálogo a los usuarios españoles y yo soy uno de ellos. Game Of Thrones ya la tengo muy vista pero me he animado a ver "Westworld", serie que se convertirá en el buque insignia del canal de streaming y que posiblemente releve a la serie basada en los libros de George R. R. Martin.
La primera temporada de "Westworld" ha sido desconcertante, intensa, reflexiva y emocionante desde el principio hasta el final. HBO nos sitúa en el lejano oeste solo para descubrir que los protagonistas son máquinas. ¡Sorpresa, sorpresa! ¿Quién iba a imaginárselo?
¡ATENCIÓN! CONTIENE SPOLIERS DE LA PRIMERA TEMPORADA
Sí, todos aquellos que componen el viejo oeste son robots creados para entretener a los huéspedes del parque. Porque Westworld no deja de ser un increíble parque temático que busca entretener a todos esos ricachones que están cansados de su vida diaria.
Y poco a poco vamos conociendo a Dolores, Teddy, Maeve y a otros muchos "robots" del parque, pero también a gente de carne y hueso como Logan, William, Bernard, El Hombre de Negro e incluso al mismísimo Robert Ford. ¡El dueño del parque!
Los primeros capítulos son para verlos con tranquilidad porque son muy raros y tardas en situarte en cada uno de ellos. A medida que avanza la trama, vamos sintiendo una sensación de dèjá vu porque todo empieza con la misma nota y termina de la misma manera.
La trama se divide en dos ramificaciones. Por un lado, lo que ocurre dentro del parque y cómo algunos robots están actuando de forma extraña o incluso escuchando voces dentro de sus cabezas. Y por otro lado, lo que ocurre fuera del parque con los auténticos humanos.
Pero es justo en la mitad de la temporada donde todo comienza a volverse loca, irracional y adictivo. El nombre de Arnold resuena cada vez con más fuerza, nuestros protagonistas inician un viaje impresionante y os aseguro que no volveréis a ver a ninguno de la misma manera. ¿Por qué lo digo?
Dolores se embarca en un arriesgado viaje junto a William, del cual se enamora (sí, a pesar de ser un robot) y su cabeza se vuelve loca porque no distingue lo que es, lo que será o lo que fue; Teddy no tiene más remedio que seguir al Hombre de Negro, que le tiene cautivo y vive atormentado por los recuerdos de algo que hizo.
¿Hasta ahí todo bien? Maeve es sin duda, una de las grandes estrellas de estos capítulos, y es que es la única que despierta en la "realidad" e interactúa con los "humanos". ¡Mamma mía! Lista para escapar de ese lugar y vivir en libertad, se alía con la peor calaña del oeste y busca salir matando.
Y luego tenemos a Ford y Bernard. La primera gran sorpresa que se nos revela es que Bernard es... ¡Un robot! ¿Cómo? ¿Por qué? El jefe de programadores resulta ser un robot más que camina, habla e interactúa con los humanos. ¡Sin que nadie lo sepa! ¿Loco? Pues no sabes lo que queda.
La segunda gran sorpresa que nos da Bernard es que él, realmente no se llama Bernard, sino que es Arnold. El socio de Ford que murió en un "trágico accidente" dentro del parque. Y lo peor es que nadie (y digo NADIE) sabe que es él. ¿Y cómo te quedas a eso?
Si todavía no te has vuelto loco al leer esta entrada (si has tenido agallas para tragarte los spoliers) o al ver la serie... ¡Prepárate! Arnold siempre quiso que los robots tuvieran conciencia y pudieran ser humanos. Les dio un laberinto que les permitiría encontrarse a sí mismos y se sacrificó por ellos.
En la recta final, se desvela todo el pastel. Dolores mató a Arnold por petición expresa de él; Teddy y Dolores acabaron con todos los "robots" antes de que el parque abriera y dejó en un aprieto a Ford. Que tuvo que reconstruir todo.
Pero quizá lo más impactante fue saber que el Hombre de Negro siempre había sido William, el hombre que se enamoró de Dolores y que fue convirtiéndose con los años, en un ser despreciable.
Pero son los últimos minutos los que merecen una mención especial. Sentada en la soledad, Dolores consigue escucharse a sí misma y visualizar a su "yo interior", que le dice exactamente lo que tiene que hacer.
¿Y qué es eso? Ni más ni menos que cargarse a Ford. Y justo cuando se está dando una fiesta en Westworld, ahí acaba con la vida del creador del parque y comienza a disparar a diestro y siniestro. Pero no solo ella sino todos los robots que han vuelto al parque. Parece que el viejo oeste pertenece, no a los humanos sino a los robots, y así nos dejan hasta 2018.
Westworld es difícil de entender y quizá no guste a todo el mundo. Tiene que gustarte el estilo de "Perdidos", con intriga y hechos alucinantes. Pero ha dado mucho de qué hablar y seguirá haciéndolo. Solo pensar que tendré que esperar hasta 2018 y se me cae el alma a los pies. ¿Y tú? ¿La has visto?