Foto: Alta Alella y sus vistas al mar
El domingo, como regalo del Día de la Madre, fuimos toda la familia a visitar la bodega Alta Alella. Está a unos veinte minutos en coche de Barcelona. Hacía un sol espléndido. Esta es la vista del mar que teníamos desde allí.
Foto: Anna de Anna i Art, organizadora del taller de arteLo más destacable fue que, mientras los padres visitábamos tranquilamente la bodega con su guía Giorgia, los niños hicieron una actividad creada para ellos. Anna, de Anna i Art, les había organizado un taller de arte con elementos relacionados con la cultura vinícola. Los niños pintaron un cuadro experimentando con materiales como hojas de parra, tapones de corcho, ¡incluso con vino! (¿sería vino rancio con agua?).
La visita terminaba con una cata de vinos para los padres y de mosto para los niños. La guinda del pastel llegaba al final, cuando los los niños regalaban a sus madres el cuadro que les habían pintado. Me hizo mucha ilusión que mi hijo pudiera hacer ese taller, le encanta pintar y probar cosas nuevas. Su cuadro parece una acuarela, lo pondré en mi estudio y así me alegrará el día.
Foto: Valérie, responsable de comunicación, y Giorgia, guía de visitantes
Hace años que visitamos bodegas, y, en general, en todas se espera que los niños se amolden a la visita de los adultos y que aguanten los discursos de los guías estoicamente. Nos alegra que por fin haya una bodega que haga sentir a los niños que también son bienvenidos y, sobre todo, que organice una actividad para fomentar su creatividad y su imaginación.
[Nota: Este post no está patrocinado, pero se aceptan sobornos en forma de botellas de vino y cava, ja, ja]