Desde que tengo blog no había venido a ver a mi familia. Lo empecé un poquito después de la última visita. Con el tiempo aprendí que todas las familias son particulares y la mía no lo es menos.
En este mes, hace siete años, me fui de casa. Pero irme “lejos”. Emprendí la aventura de buscar mi futuro desamparada de mi familia, con una pequeña inversión por parte de mi padre (sin la cual no podría haberme ido).
Destino: la Capital. ¡Madre mía qué diferencia con CiudadPequeña! Por fin encontraba gente con la que encajaba, por fin no era todo sota, caballo y rey. Encontré mi lugar. Y con lo que me gusta a mí el campo, curiosamente fue lo más urbanita del mundo. Al menos me encontré en algún momento de mi vida.
Y por supuesto que volví a perderme. Los sinsabores de la novedad.
Mi madre pudo aceptar que me fuera lejos porque hacía medio mes que naciera mi MiniSobri, su primer nieto. Ha sido la revolución de la casa, porque mi hermana estaba lejos de cumplir la mayoría de edad y había que cuidarlo. Si no, habría caído en una depresión de las malas.
Desde entonces he visto a mi familia de otra manera. Sigue siendo la misma familia particular, pero no es en la que yo crecí. Podría decir muchas cosas de su particularidad, pero se merecen el anonimato de momento, ya iré contando.