Entre los lugares más curiosos que se pueden visitar en Londres y su periferia, se encuentra la casa de uno de esos hombres cuyo nombre permanece para siempre en la historia: Charles Darwin. Down House, como así se llama la casa, se encuentra en Downe, un municipio del área metropolitana, y actualmente alberga un museo dedicado a la figura del científico.
En 1836 Darwin regresó de su viaje de cinco años a bordo del Beagle, el barco que lo había llevado alrededor del mundo, investigando los mecanismos que desarrollaban los seres vivos para adaptarse a su entorno. De aquel viaje surgió su teoría de la evolución, que en un primer momento (y aún durante mucho tiempo) causó un gran revuelo. Para escapar de las presiones que sufría en la capital, Darwin se mudó a Down House con su familia y prosiguió sus estudios aquí, hasta su muerte en 1882.
Tras la muerte de Darwin la casa se convirtió en un internado durante algunos años, hasta que en 1927 fue adquirida por Sir George Buckstone Browne, quien la entregó como donación a la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia, abriendo las puertas como museo en 1929. Desde 1996 Down House está gestionada por English Heritage, el organismo que protege el patrimonio histórico de Inglaterra; además, en 2012 fue nombrado Patrimonio de la Humanidad.