He pasado toda mi infancia veraneando en la playa por lo que a la hora de elegir nuestros destino no estaba por ahora en mis planes el visitar Peñíscola, muy asociado a este tipo de turismo.
No fue sino a series como el Chiringuito de Pepe, serie que sigo de vez en cuando y que se desarrolla en esta localidad, y que la casualidad hizo que viera muchas fotos donde el paisaje que forma la península y el castillo del Papa Luna frente a la playa se me antoja preciosa, lo que hizo el tomar la decisión de darle una oportunidad.
No siendo nuestro principal objetivo el pasarnos los días tomando el sol y bañarnos en la playa, decidimos acercarnos fuera de la temporada veraniega para evitar la afluencia de gente y como no, reducir el precio del alojamiento.
Para llegar a nuestro destino decidimos coger el tren, para el que no conozca la zona, la estación de tren se encuentra en Benicarló, la localidad más cercana a Peñíscola, aunque la estación se llame Benicarló-Peñíscola.
Una vez en la estación, tenemos 7 Km por delante que son los que separan Benicarló de Peñíscola, aunque el desarrollo urbanístico haya provocado que ambos municipios se encuentren unidos. Para sortear esta distancia tenemos dos opciones coger el autocar que proporciona Renfe a los viajeros de forma gratuita, o si no coger el autobús. Si bien el autobús sólo tiene parada en la estación en verano, así que a la vuelta de nuestro viaje tuvimos que ir andando 10 minutos desde la parada más cercana.
Al comienzo de la playa junto a la península encontramos a la oficina de turismo, antes de que nos diera el plano quisimos hacerle una pregunta, que no llegamos a completar, ya que era entre los turistas la pregunta de moda: ¿Dónde se encuentra el chiringuito de Pepe?
Pues, para lo que tengan curiosidad, el chiringuito es de atrezo y cuando ruedan se sitúa muy cerca de la oficina de turismo.
Antes de empezar a recorrer la península decidimos realizar la recomendación de la oficina de turismo, y acercarnos al marjal, un humedal cuyo recorrido empieza muy cerca de aquí en el que veremos unos peces enormes y unas cuantas aves.
Marjal de PeñíscolaYa sin dilación nos adentramos a través de los muros que protegen la península de Peñíscola, cada una de las calles merece un recorrido pausado, ya que encontraremos tiendas de artesanía, recuerdos y todo tipo de bares donde realizar un descanso en nuestro camino.
Si empezamos por el lado derecho nuestra primera parada es el Bufador, esta grieta, cueva o como lo queramos definir, atraviesa la muralla y en momentos de fuerte oleaje la entrada y salida de agua del mar produce un estruendoso bufido.
Al final de la calle nos espera el museo de la Mar donde podemos ver una exposición sobre la pesca y la navegación en la localidad.
Ascendiendo a hacía es castillo, no debemos perdernos la casa de las conchas, donde aquí el termino conchas a diferencia de en Salamanca es más real, ya que toda la fachada está cubierta completamente de conchas marinas.
Casa de las ConchasYa llegamos al castillo, la entrada ronda los 3 €, un precio adecuado, donde podremos ver las dependencias del Papa Luna. Desde lo alto de las murallas del castillo podremos disfrutar viendo toda la costa, las casas que nos rodean y en especial el faro, un faro que no deja indiferente a nadie.
Castillo del Papa Luna Faro de PeñíscolaPara finalizar, nos quedaría la iglesia de Santa María del siglo XV y el Parque de Artillería, con lo que volveríamos de vuelta a la entrada de la muralla.
Antes de terminar podemos aprovechar para dar un paseo por la zona de los embarcaderos, tras atravesar los dos restaurantes con las mejores vistas de la ciudad, recorreremos la muralla por el exterior hasta el final del camino.
Dónde comer: Yo soy muy de probar siempre la comida típica del lugar, y me lleve el chasco de que lo único típico es la paella, así que la recomendación más interesante es ir de tapas por el interior de la península, más por disfrutar de las vistas y el ambiente que por la comida en sí. Si podéis elegir la fecha, acercaros durante alguna de las semana gastronómicas.
Dónde dormir: Los que visitáis el blog, sabéis que no soy muy de criticar pero el alojamiento que estuvimos clamaba el cielo. Estuvimos en los Apartamentos Peñíscola 3000, muy económicos por ser fuera de temporada, pero no por ello es admisible que nos impongan un horario de entrada de las 5 de la tarde y de salir a las 10 de la mañana, que tengamos que coger /dejar las llaves en las oficinas a 2 Km del apartamento (media hora a pata), fianza de 150 € y tener que recoger la casa y tirada la basura para que no nos carguen gastos de limpieza. Todo ello en un apartamento viejo, sin bombilla en el salón, baño con olores y sin toallas, estas cosas desgraciadamente todavía ocurre en España.
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