Llegamos a Praga tras recorrer en autobús los 300 kilómetros que la separan de Viena. También se puede ir en tren, puesto que hay una línea que conecta las dos ciudades. Volando desde España, en 2-2.5 horas te encuentras en el aeropuerto. Desde allí, de las tres líneas de metro existentes, hay dos que te acercan al centro de la ciudad, la amarilla y la verde (la roja solo pasa por el centro de la ciudad).
Pasamos unos días visitando las dos partes de más encanto de la ciudad, Malá Strana y Staré Mesto. Sobra decir que es una ciudad que no hay que dejar de visitar puesto que deja maravillado a todo el que se acerca a conocerla. Y si de día gusta, de noche ya es algo totalmente espectacular.
Una actividad interesante a realizar, es acudir al Teatro Negro. Es un teatro que se realiza sobre un fondo negro y los actores van vestidos de negro para que no se les vea. Portan diversos elementos fosforescentes con los que realizan la representación. Es muy curioso.
Enlaces de interés:
Información sobre Praga (castellano)
Mapa del metro de Praga