“Los diamantes son el mejor amigo de una mujer” (Marilyn Monroe)
Amberes es conocida por ser un referente en producción y comercialización de diamantes, asique si la visitas ¡cuidado si eres un alma caprichosa! Pero no solo por estas joyas es conocida la ciudad, también lo hace por tener su propio gigante ¿quieres conocer la leyenda?
A la primera ciudad de nuestro tercer día en ruta por Bélgica le dedicamos solo una mañana ya que por la tarde visitamos Lovaina. Si tuvieramos que situar en un ranking todas las ciudades que vimos sin ninguna duda todos pondríamos a Amberes en última posisición. ¿Eso quiere decir que no es bonita? No, pero si tenemos poco tiempo y tenemos que elegir yo os aconsejaría que esta fuera la descartada. En verdad me esperaba muchísimo más de la ciudad (al contrario de lo que me pasó con Lovaina) pero contra gustos… ¡ya se sabe!
Como siempre os dejamos un mapa con el recorrido para visitar Amberes y ver lo más importante.
1. Central Station: Nosotros llegamos a la ciudad en tren desde Bruselas (1 hora de viaje), pero si no es el caso os aconsejo que os acerquéis a la estación de tren igualmente porque por dentro es preciosa, creo que junto a Grand Central de Nueva York es de las estaciones que más me han gustado. Eso sí, el starbucks no tiene ni baño ni wifi (¡ERROR!), problemas de primer mundo jajaja.
2. Centro Comercial Staadsfeestzaal: Caminaremos por el barrio del diamante hasta llegar al punto 2, un centro comercial en el que no nos detendremos demasiado, solo os recomiendo entrar al hall porque es bastante original.
3. Mansión de Rubens (Rubenshuis): La vimos únicamente por fuera, preferíamos recorrer la ciudad y empaparnos de sus calles ya que ninguno teníamos especial interés o curiosidad en ver la obra de Rubens, por tanto lo dejamos para otra ocasión. Por si alguien quiere algo de información la entrada son 6 € y está abierta de 10h a 17h.
4. Groenplaatz: También conocida por “la Plaza Verde”, a alguno le chocará el nombre cuando esté allí porque de verde… no tiene nada; el nombre lo recibe porque en ella se encontraba un prado utilizado como cementerio para la gente pobre. En el centro hay una estatua de Rubens y a su alrededor podemos encontrar multitud de bares donde poder hacer un alto y tomarnos un café (o una cerveza).
5. Catedral de nuestra señora: Hay una parte en la que se puede entrar de forma gratuita (la zona de rezos), y es suficiente para hacerte una idea de la catedral por dentro. Si miráis la parte exterior os daréis cuenta de que las dos torres no son iguales, esto se debe a que cuando construían la segunda torre se quedaron sin presupuesto y tuvieron que terminarla con la altura que llevaban. Esta catedral es una de las más grandes del mundo y la UNESCO la declaró patrimonio de la humanidad.
Cerca de aquí podemos acceder, a través de una puerta de madera, a la calle Vlaeykengsgang, la única calle en Amberes que se conserva igual desde la Edad Media.
6. El Pozo Quentin Massys: Cuenta la leyenda que el herrero Quentin Massys se enamoró de la hija de un pintor y éste no aprobaba su relación. Entonces el joven Quentin pintó una mosca tan real en uno de los cuadros del padre de su enamorada que le hizo cambiar de idea convirtiéndose así en su yerno y, más tarde, en un pintor famoso. La inscripción que adorna el pozo significa ” El herrero que se convirtió en pintor por amor” y en lo alto de la forja podemos ver la forma de Silvio Brabo cuya historia os contaré en el siguiente punto.
7. Ayuntamiento, casa gremiales y fuente de Brabo: De la historia de esta fuente procede, en teoría, el nombre de Amberes que en flamenco es “Antwerpen” (Ant significa mano, y Werpern lanzar). Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, en Amberes, existía un gigante llamado Druoon Antigoon. Este era el guardián del río Escalda y cobraba un peaje a todos los barcos que lo navegaban, y si alguna embarcación no pagaba el gigante le cortaba la mano a su capitán arrojándola después al río. Pero un día, un centurión romano llamado Silvio Brabo se enfrentó a él y tras un duro combate consiguió la victoria, le cortó la mano al gigante y la lanzó al río. Si nos fijamos en lo alto de la fuente se encontraría Silvio lanzando la mano del gigante mientras es sujetado por la diosa justicia, también está representado el gigante ya sin mano.
En la Grote Markt nos encontramos también las casas gremiales, con su característico tejado en escalera construido así para evitar que se viera el tejado a dos aguas, y el ayuntamiento restaurado en el siglo XIX después de sufrir el saqueo en 1576 por las tropas españolas y su posterior incendio.
8. Castillo de Steen (Het Steen): Se puede acceder a su interior – por llamarlo de alguna manera – gratuitamente, al otro lado de la puerta nos encontramos con el museo naval de Amberes, como curiosidad la estructura de metal de este museo fue diseñada por Eiffel. Históricamente ha sido prisión, y sirvió de refugio a las tropas españolas durante el saqueo de Amberes. Desde luego por lo que merece la pena entrar es para tener unas preciosas vistas del río Escalda.
Encima de la puerta de entrada nos encontramos con una curiosa figura en forma de miembro viril, es una estatua en honor al dios escandinavo Semini de la fertilidad, se dice que aquí venían las mujeres a rezarle al dios para quedarse embarazadas. Y junto al castillo encontramos de nuevo otra escultura del gigante de Amberes.
9. Vleeshuis (Casa gremial de los carniceros): es curiosa de ver, por varias razones, la primera es que la fachada (intercalando ladrillo y piedra blanca) parece estar hecha de trozos de carne y tocino, la segunda es porque tiene una especie de pequeño pasaje debajo de sus cimientos dónde iban a escondidas los nobles en cuaresma para obtener la carne y la tercera es porque si observamos bien veremos que una de sus puertas no está a ras de suelo, ponían una rampa que unía la calle con esa puerta y así lograban subir al ganado desde la calle hasta el interior del edificio.
En la esquina del edificio, como en muchas otras edificaciones de Amberes, hay una virgen encima de una farola, esto se debe gracias a que la ciudad le regalaba la farola a todo aquel que ponía una imagen en la esquina de su edificio, supongo que no lo harían por el dinero (ya que la imagen en ocasiones seguro que costó más), sino por tener luz en su calle.
10. St. Pauluskerk (Iglesia de San Pablo): Merece la pena por ver su jardín son 63 estatuas que representan los últimos días de Cristo.
11. Iglesia de San Carlos Borromeo: La fachada de la iglesia diseñada por Rubens que recuerda a la Rubenshuis. En frente de este edificio tenemos la biblioteca, presidida por una estatua del novelista Hendrik Conscience.
Como broche de cierre a la ciudad en la calle Meir, de vuelta a la estación, nos encontramos con un músico callejero que toca el piano en Amberes, suele estar bastante por la ciudad asique espero que tengáis la suerte de encontrároslo porque es una maravilla. Su nombre es Tobias Van Hattem, hace versiones clásicas de música actual, y cuando nos quisimos dar cuenta ya llevábamos 30 minutos escuchándole, de no ser porque perdiamos el tren seguro que nos hubiéramos quedado más tiempo. Sin duda el mejor recuerdo que me traigo de la ciudad.