Revista Diario

Visitas guiadas... por los niños

Por Sandra @sandraferrerv
Visitas guiadas... por los niñosVisitas una y otra vez un lugar que te tiene atrapado. Paseas por sus muros cada vez que la ocasión te lo permite. Aunque hayan pasado años, siempre descubres algo nuevo. Pero si visitar un lugar que te encanta en siempre un lujo, hacerlo desde la óptica de un niño pequeño es descubrirlo con un enfoque totalmente nuevo y divertido.A lo largo de los distintos monumentos y museos que hemos visitado, hemos intentado que nuestro hijos le vieran el lado interesante a cosas que, como no están acostumbrados a ver, corríamos el riesgo de que no les interesaran demasiado. Nada más lejos de la realidad. Aunque los comentarios que nos han regalado en algunos de esos lugares no tienen desperdicio.Empezamos por El Monasterio de El Escorial donde nunca me hubiera imaginado pensar que la cama en la que dormía Felipe II pudiera convertirse en un posible espacio de recreo. Pues sí. Según mi pequeño gran hombre, los doseles y la altura de la cama eran características ideales para jugar al escondite. "Mamá, aquí te puedes esconder y nadie te encuentra, ¡Siempre ganaría!". En el mismo monasterio, un comentario tecnológico. Los globos terráqueos de la biblioteca impactaron a nuestros pequeños aunque se sorprendieron de que no tuvieran un cable para encenderlos. "El mío mola más porque habla y tiene un lápiz". Sin comentarios.Las armaduras han sido el otro gran atractivo de nuestro viaje por palacios, castillos y alcázares. Los de medida infantil impresionaron a mi pequeño caballero, quien, obsesionado con comprarlo todo, pedía insistentemente poder adquirir en la tienda de recuerdo una de esas a modo de disfraz. Claro que tenía razón, sus cascos de plástico y espadas de porexpán no son lo mismo, vistas las de verdad.Y por último, nunca hubiera pensado que en los muchos cuadros que hemos visto pudiera haber tantísimo perrito, gatito y pajarito. Mi pequeña princesa los ha encontrado todos. Mira que he visto veces Las Meninas, pero nunca había observado con tan detenimiento el precioso perro que descansa a los pies del cuadro. Viaje de lujo. Con guías de lujo. Ver las cosas con los ojos de un niño, no tiene precio.

Volver a la Portada de Logo Paperblog