Visto en Netflix: Como la vida misma

Hoy os traigo una de cine. En este caso, se trata de una película que me sorprendió muy gratamente a pesar de que al principio me pareció muy aburrido y a punto estuve de dejar de verla. Pero ahora no me arrepiento en absoluto de haber descubierto esta historia. Estoy hablando de Life itself o Como la vida misma.

Will (Oscar Isaac) y Mary (Olivia Wilde) se conocen en una fiesta universitaria y rápidamente se enamoran. A partir de ahí, comenzará una historia de amor multigeneracional que abarca décadas e incluso varios continentes, empezando por las calles de Nueva York hasta llegar a España. Todo ello conectado por un único acontecimiento que cruzará las vidas de diversas personas.

La película está narrada en todo momento por una voz femenina, de la que no sabremos nada hasta el final. Empieza con la historia de Will (Oscar Isaac), un hombre que tal como se nos muestra está desolado, perdido, incluso un poco ido. Al principio no se sabe qué es exactamente lo que le ocurre ni por qué se comporta de ese modo. Para mí, hasta el momento en el que me abren los ojos y me desvelan qué ha ha pasado, cuál es la verdad en su relato, la película no me despertó ningún interés (tal prueba es que a la vez estaba leyendo La última canción, de Nicholas Sparks). Sin embargo, un giro radical en la trama supuso apagar el kindle y centrarme en la película.

La historia está dividida en cuatro capítulos y en cada uno conoces distintos personajes. Por tanto, a partir de ese minuto referido como "giro radical" Will deja de ser el protagonista y le cede el puesto a un personaje muy cercano a él... Y así hasta completar las cuatro partes.

El problema de este asunto es que no puedo contar de qué trata en realidad la película en lo que refiere a los personajes porque cualquier mínimo detalle es importante. Pero sí os puedo comentar el mensaje que transmite, el cual es muy emotivo, muy conmovedor, muy real. Así en general la historia habla sobre la vida (y es que el título no podría ser más adecuado) con sus momentos bonitos y sus tragedias, sobre el amor verdadero y sus frutos, sobre las decisiones que uno toma y sus consecuencias.

Me gustaría destacar el ambiente físico en el que tienen lugar los hechos, que va desde Nueva York, con su actividad frenética y un pelín caótica, hasta nuestro país, en Carmona y Sevilla, resaltando su encanto mediterráneo. Por tanto, en este largometraje aparecen grandes actores españoles como Antonio Banderas o Laia Costa, y otros que personalmente no había visto anteriormente pero que sin duda están a la altura del resto: Álex Monner y Sergio Peris Mencheta.

Es una de las mejores películas, sino la mejor, que he visto a lo largo del año. Me ha llegado al corazón, creo que a todos os llegaría. Y el final... El final es sencillo pero perfecto, nunca lo habría podido imaginar. Dan Fogelman (director y escritor de este film) se ha lucido, ha creado una historia maravillosa capaz de emocionar a cualquiera.
Y bueno, llegados a este punto creo que ya he podido expresar cuánto me ha gustado y cuánto la he disfrutado. Espero que os animéis a verla porque merece muchísimo la pena.