A la Viuda Negra le va como anillo al dedo el título de “La espía que surgió del frío”. Si, ya sabemos que estamos plagiando a Le Carré, pero no se puede definir mejor a Natasha Romanova. Ella, surgida en plena guerra fría allá en 1964, se convirtió en el estereotipo del triunfo de la ideología capitalista sobre la comunista. Su cambio de bando no era sino reflejo de las aspiraciones de muchos ciudadanos que vivían en el lado soviético del telón de acero. En unos años en los que los agentes dobles, encubiertos y las operaciones de espionaje se hacían populares en novelas y películas de éxito, la Viuda Negra mostraba todo lo que uno podía esperar de una espía: Atractiva, peligrosa, calculadora…no es de extrañar que los personajes masculinos marvelitas cayeran en sus brazos.
Aunque considerada una secundaria, lleva un tiempo mostrando su capacidad para protagonizar miniserie tras miniserie sin que decaiga el interés por ella. Cierto es que su aparición en la adaptación de Iron Man, hace de ella un personaje mas popular que otros y Marvel no puede desaprovechar la acción, pero llevamos ya unos años viendo diversas miniseries, englobadas dentro del sello Marvel Knigths primero y MAX después, cuya calidad no han hecho mas que alimentar las buenas sensaciones del personaje.El Nombre de la Rosa, con Marjorie Liu y Daniel Acuña (responsable también del coloreado), es otro paso para terminar de conocer al personaje. Para la ocasión, Liu recurre de nuevo al pasado de la Viuda Negra. En ese pasado, oculta algo que puede comprometer a todos aquellos que la han acompañado desde su primera aparición.Desde el inicio se recurre a un recurso conocido: Nuestro héroe tiene que descubrir quien está detrás de todo y, además, demostrar su inocencia. Así deberá investigar y capturar al villano y evitar ser capturada. Todo muy en la líne “El Caso Bourne”, por poner un ejemplo. El guión convence y crea esa atmósfera necesaria para ver como la protagonista entra en un juego donde no domina la situación. Junto a Natasha, tenemos a Bucky entre otros personajes invitados.
El Nombre de la Rosa hubiera sido otra cosa si el dibujo y color no hubiera estado a cargo de Daniel Acuña. Espectacular, creo que firma uno de sus mejores trabajos. Da vida a los personajes y escenarios.
En definitiva un buen cómic. No defrauda.