¡Viva el entretiempo!

Ya me dijeron que los cartageneros suelen pasar las Nocheviejas en mangas de camisa, pero yo (friolera donde las haya) pensaba que era una exageración propia de personas calurosas y del sur. Pues bien, estamos a un paso de diciembre y... no estamos en manga corta, pero sí con ropa de entretiempo, como de septiembre en Madrid. La calefacción aún no hemos tenido que ponerla porque con una mantita viendo la tele, un café calentito de la Nespresso y un par de mangas largas, ya estamos a gusto.
No es un tiempo que me entusiasme, estamos hablando de esos días en los que sales de casa con camiseta, chaqueta fina de punto y cazadora fina y, cuando has caminado diez minutos a paso ligero, te tienes que empezar a quitar capas como una maldita cebolla porque estás empezando a sudar. Pero, espera, porque cuando llevas un rato con menos ropa, te quedas frío. Y ahí vienen los constipados, como dirían nuestras madres. Sí, señores, es el entretiempo, algo que aquí parece que es la tónica general, no sé hasta cuando.
En cualquier caso, no es tan malo como parece, porque yo puedo ponerme ropa que en Madrid no usaba casi nunca. Es decir, puedo lucir camisas de manga larga, porque encima sólo llevo una blazer que me quito en sitios cerrados. En Madrid, con más frío, tendría que haber llevado una chaqueta de punto encima de la camisa y luego, con suerte, la blazer, cuando no directamente un abrigo de lana o una parka. En fin, al mal (buen) tiempo, buena cara. Y muchas prendas que amortizar, como éstas que me pondría si las tuviera: