Estos pasajes demuestran por qué es imposible experimentar paz interior si uno no busca la paz con Dios y la paz con los demás. La paz interior viene sólo de estar reconciliado con Dios a través de su Hijo, recibir su justicia y el poder para resistir el pecado, y luego obedecer los mandamientos de Dios. “Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos los unos a los otros, pues así lo ha dispuesto” (1 Juan 3:23). Por diseño de Dios, las tres dimensiones de la paz están unidas inseparablemente. Como lo expresó un autor: “La paz con Dios, la paz entre nosotros y la paz con nosotros vienen en el mismo paquete”.5 Por lo tanto, si usted quiere experimentar paz interior, debe confiar en su Hijo para ser reconciliado con Dios y debe buscar relaciones armoniosas con quienes lo rodean.

