No sé qué va a salir de esto, que estoy escribiendo la crónica tras ver el episodio y me han enfadado un pelín... un bastante, vamos, con cierto giro. Pero, bueno, vamos con la crónica del cuarto episodio de la segunda temporada, que me ha gustado mucho, sobre todo porque hemos tenido mucha ración de Juanjo y Trini y eso siempre es bien. Como ya sabéis, voy por tramas.
Como está siendo habitual en las últimas crónicas, comienzo por la trama de la familia del Caño. La cuestión es que a Mariano le ha dado por ahí y ha decidido que nos vamos de bautizo de las gemelas, aunque a las mujeres de la casa la idea no les parece demasiado buena. Sí, por increíble que parezca, ambas coinciden en que gastarse el dinero que no tienen en el bautizo no es lo mejor. Sin embargo, Jeco está dispuesto a hacer las ñapas que hagan falta para pagarlo, pero no confían demasiado en él, así que lo único que le encargan es la tarta.
Aunque Mariano decreta que va a haber bautizo, Asun ya tiene sus planes para que no lo haya. En primer lugar, inflarle el presupuesto, esperando espantar a Mariano, aunque éste está lanzado y decide tirarse a la piscina. A Cefe le gusta esto, sobre todo si hay langostinos. Este hombre es un genio, seriously.
Genio y figura.
Mientras, Jeco está buscando que le salgan ñapas en compañía de Manu, pero no consigue nada, por lo que éste le recomienda que vaya al hospital porque allí pagan por probar medicamentos. A Jeco lo de ser conejito, no le mola y, encima, parece que le cae un empleo del cielo, pues están buscando un animador infantil. Jeco se las hace muy felices, sobre todo tras su experiencia como Papa Noel, pero luego, cuando se pone, no es que triunfe. Además, empieza a contar un chiste y el típico niño preguntón le vuelve loco. Como persona que ha trabajado de canguro, me solidarizo con Jeco porque, coño, qué pesaos con las preguntitas.
Jeco achaca el poco éxito al disfraz, pero, claro, es que los de pato Donald y los del trozo de queso con corbata. Manu le dice que no es un queso, sino Bob Esponja y Jeco flipa. Jo, Jeco, ¿no conocer a Bob Esponja? ¡Shame on you!
La cara de Jeco al descubrir que Bob es una esponja y no un trozo de queso.Que, por cierto, con unas cuantas tizas para el pelo, Manu podría ir de gemelo de pelo de Jeco, xDD.
Él lo vuelve a intentar por su cuenta, haciendo globoflexia en la calle, cuando lo pilla Alma y se china un poco, sobre todo cuando Jeco hace llorar a las niñas. Alma le espeta que con su plan no va a conseguir la tarta, hundiéndonos al pobre Jeco, que va a una clínica a donar esperma, pero no es que den mucho dinero.
Al día siguiente, las cuñadas están intentando decirle a Mariano que no han buscado lugar para celebrar el bautizo (que era su cometido) y, aunque Asun empieza a inventarse un señor cuento, Candela acaba contando la verdad. A Mariano se le ocurre celebrarlo en el bar, con la comida de Candela, lo que hace que Candela se emocione y que a Asun empiece a darle un ataque... porque es Asun y ya todos la conocemos.
De hecho, tarda cero coma en llamar a sus amigas para que no vayan al bautizo diciendo que las gemelas están malitas, que es mentira cochina. Mariano la escucha y, encima, ella le dice que son sus amigas las que están enfermas, lo que sólo sirve para cabrearle de verdad. Y, oye, cabrear a Mariano es casi un récord. En serio, pocas veces le he visto así.
A mí Mariano me mira así y me voy yo sola al rincón castigada.
Jeco, por su parte, decide ir al hospital a ejercer de conejillo de indias para conseguir dinero y comprar la tarta. Vuelve al bar con la buena nueva, pero el pobre se encuentra fatal.
Al día siguiente, Candela y Mariano siguen ofendidos, pero lo han preparado todo, incluso han llamado a las amigas de Asun para re-invitarlas y eso hace que, de nuevo, a Asun le entren los siete males. No es el único, pues el pobre Jeco sigue malísimo, por lo que Manu le pregunta qué se ha pinchado y Alma lo interpreta mal, pero Manu le cuenta todo lo sucedido y lo gran padre que es Jeco. ¡Así se hace, Manu, defendiendo a Jeco, que nadie lo hace y eso que es amor!
Candela, por su parte, sigue ofendida por el comportamiento de Asun y le pregunta que si tienen algo de lo que avergonzarse y ésta cree que sí y que los van a poner a parir. En serio, mira que los pobres intentan ayudarla, pero es que Asun lo pone tan difícil, pero tan difícil. Tiene tanta tontería encima esta mujer, apuff.
Mariano está diciendo que no tienen nada de que avergonzarse, que todo está saliendo bien... cuando el pobre Jeco saca la tarta, se desmaya y se auto-pega un tartazo en toda la cara. Asun cree que está borracho y es lo que le faltaba a Candela, que intenta quitarle la comida y se la acaba tirando encima sin querer. Asun la acusa de tirársela encima, por lo que Candela decide hacerlo... y empiezan una guerra de comida, donde los más listos son los polis, que se largan con lo que pueden.
Cuando todo pasa, Alma limpia a Jeco, que está tristón por haberse cargado la tarta. Ella le quita importancia, diciendo que las niñas no lo van a recordar y también le da las gracias por todo lo que ha hecho.
Si es que estos dos son todo monos también :3
Asun sigue con su cantinela de que todos son un desastre, cuando Mariano dice lo sumamente orgulloso que está de todos ellos y que por eso quería que vinieran todos. Eso reblandece la patata de Asun, que le dice que está muy orgullosa de él y se abrazan todos, menos el pobre Jeco, por si lo que tiene es contagioso. Aunque Carlos sí que le abraza, que menos mal. Y ya podía haber acabado ahí el episodio porque era todo muy bonito, pero no, tienen que soltarnos una bomba: y es que Jeco va a la clínica porque lo han llamado porque resulta que no puede tener hijos.
¿QUÉ. PUTA. MIERDA. ES. ESA?
Como pille a un guionista, va a acabar así.
Yo me niego, ¡me niego!, a considerar eso. Ni de coña. En mi cabeza, las gemelas son hijas de Jeco y de ahí no me sacan. Por cierto, qué ganas de joder al pobre muchacho continuamente, hay que ver.
Por otro lado, continuando con el episodio anterior, Paula ha protagonizado su propia trama, ya que su representante (ay, qué guapo Fernando Andina) le ha conseguido que haga los coros en un disco profesional. Más tarde, se reúne con Carlos, que quiere invitarla a una hamburguesa para celebrar la buena nueva, pero ella no puede porque ha quedado con su representante para ver el estudio de grabación.
Cuando va a casa a que le firmen la autorización, se china... que para algo es Rafael, que ya le conocemos todos. De paso, como era de esperar, se mete con Trini, que para algo está presente. Trini se lo lleva aparte para decirle que es mejor que la dejen hacerlo y que, cuando no le salga nada más, volverá a estudiar porque ese mundillo es muy complicado. Lo malo es que Paula ha ejercido de Vieja'l visillo y se ha enterado de todo, lo que la deja tocada.
De aquí a acabar como las señoras cotillas de 'Aquí no hay quien viva' no hay mucho, ¿eh, Paula?
Al día siguiente, Paula le dice a su representante que no puede ir a la grabación por el bautizo y él le insiste en que es una ocasión importante. Paula le cuenta que Trini tiene experiencia en no triunfar en la música, así que a lo mejor tiene razón, pero el representante le dice que es muy bueno viendo el talento de los demás. La está terminando de convencer, cuando Carlos los ve de lejos y, si ya estaba algo celosillo, la situación va empeorando.
De hecho, cuando Paula se reúne con él, un poco tarde, Carlos está pasivo-agresivo e incluso le echa en cara que falte al bautizo. Paula le explica que ya ha hablado con Alma y que no le importa, pero Carlos está on fire y le suelta que lo que quiere el representante es meterse en sus bragas. Palabras literales. Hijo, Carlos, qué tacto el tuyo, colega, que los celos son malos, no te dejes llevar por ellos, hombre.
En la grabación, al día siguiente, Paula está desafinando como una perra y, aunque el cantante (que es un triunfito) intenta ayudarla, la cosa no mejora. Al mismo tiempo, Carlos está con Rafael y Nacho en el bautizo y El abuelo le pide a Carlos que hable con Paula para quitarle los pájaros de la cabeza.
Paula haciéndolo cada vez peor, cuando aparece Carlos para entonar el mea culpa y disculparse. Se arreglan y ella quiere irse antes de que la echen, pero Carlos cree que, entonces, ya no tiene nada que perder, por lo que coge la guitarra para que demuestre lo bien que canta. Entonces canta la canción tan bien como siempre y con la ayuda de Carlos, que les queda muy bonito, por cierto.
Si es que son más bonicos :3
Al final, todos la felicitan, sobre todo su representante que le dice que está muy orgulloso de ella, que van a hacer grandes cosas juntos y le da un beso en la mejilla, lo que deja a la pobre Paula un poco confundida.
Y me dejo para el final la parte de Trini y Juanjo, que ha sido mi favorita :3 Juanjo sigue intentando vivir de forma sana, así que corre por las mañanas, pero, claro, es Juanjo y los disgustos le persiguen: en este caso, ve a Charo que vuelve de estar de farra con un hombre. Después, va a desayunar con César y se lo encuentra resacoso porque salió con el Poli Buenorro, aunque éste ha sido el único que triunfó, mientras que César lo único que tiene es una pesadilla con Susi muy rara... que se traduce en que Susi ha pasado la noche con el Poli Buenorro.
Y no sé quién lo flipa más de los tres tíos, aunque el Poli Buenorro enseguida se descuelga y le deja a César su ex para él solito. Ésta, de paso, empieza a meterse con la vida de César, que no ha conseguido la familia que quería, y lo que ella considera gente tóxica que hay a su alrededor.
Esto es lo que piensa Juanjo de Susi y yo también.¡Sí, Juanjo recupera su rol de meme en la crónica de hoy!
Esa misma mañana, Trini está buscando entrevistas para conseguir un trabajo mejor y, claro, como era de esperar se encuentra con el apoyo de su padre. Tampoco ayuda que Trini se apunte a entrevistas donde le piden inglés. Una vez ahí, le explica a la siesa de la otra candidata que su nivel es medium, pero que clava las canciones de ABBA. Es entonces cuando le hacen pasar a hacer la entrevista que, sí, es en inglés, of course. Y, así acaba soltando que trabajó en una empresa sueca, llamada Waterloo S.A., y que, palabras literales: si tú take a chance on me, una chance chiquitita, me haces una dancing queen. Dios, en serio, soy muy fan. Mucho.
Todos hemos puesto esa cara en algún examen. De hecho, es mi cara de examen de matemáticas.
Más tarde, Trini se lo cuenta a Juanjo, en plan Romeo y Julieta. Vamos, que ella está en el balcón y Juanjo en la calle. César también se mete, mientras tiende el sujetador de Susi, que deja a los otros dos flipados. Trini le pregunta si han vuelto, cuando el Poli Buenorro aparece sin camiseta (me ha parecido importante comentarlo) para contarle toda la película... y de paso poner celoso perdido a Juanjo. Ju, ju, ju, Juanjo, ya sabes lo que significan los celos. Eso sí, él prefiere centrarse en otras cosas y le insiste a César en que no se junte con Susi, que un clavo se saca con otro clavo, pero no con ese. Sí, la palabra clave de hoy es clavo. La usan mucho.
Por la noche, Trini va al karaoke, donde está Manu trabajando, así que hablan y, como a él Juanjo le parece un tocapelotas, Trini intenta defenderle. Juanjo, por su parte, está atacado porque Charo está con su amigo, que encima está casado. Juanjo quiere saber de dónde lo ha sacado y resulta que es el dueño del tablao flamenco donde está trabajando, lo que sólo aumenta la inquietud de Juanjo, que ya ve a su madre en el paro.
Charo sale a cantar, intentando llevarse a Juanjo, pero él no pasa por el aro. Mientras César está quedando con Susi, Trini le dice a Juanjo que sus consejos hacia César no son los más adecuados. Juanjo, que hoy no tiene el día, le suelta que nunca hay que estar con una ex, que mejor con cualquiera que con una ex y, claro, Trini se lo toma a lo personal, así que se rebota y acaba uniéndose a Charo en el escenario, tras llamarle amargado. Jolín, Juanjo, en serio, es que cuando te pones obtuso, no hay quien te gane, majo.
Juanjo le ha dado en toda la patata a Trini y él sin saberlo. En serio, qué tacto ha tenido hoy el muchacho.
César se lía con Susi y, cuando la acompaña a la puerta, mientras empieza a cagarla al decirle que le importa mucho, es descubierto por Trini. César le pide que no le cuente nada a Juanjo y se interesa por ella, por lo que Trini le cuenta lo del inglés, así que César acaba ayudándola a estudiar. Están hablando de mentiras y de Susi, cuando el Poli Buenorro llega con otra chica, aunque no pierde comba e intenta ligar con Trini, pero ella no le da pie.
A la mañana siguiente, Juanjo ve a Trini en el balcón de César y se pone celoso no, lo siguiente, e incluso se planta en casa de César con churros. Entonces ocurre lo típico de que cada uno está hablando de una cosa distinta, sin saberlo, y se lía parda: César habla de acostarse con Susi, el Poli Buenorro de que se ha tirado a una chica y Juanjo de si el poli se ha liado con Trini. Cuando Juanjo saca a relucir el nombre de Trini, los otros dos intentan aclarar lo sucedido, pero Juanjo no les cree y, de hecho, se pone muy bravucón con el Poli Buenorro, antes de hacer la del humo.
Celos, son puñales que se clavan en el fondo de mi alma...¿Qué? Esto es una serie musical, ¿no? Pues yo también canto en las crónicas... aunque lo hago fatal, todo sea dicho.
Mientras, Trini se presenta en una nueva entrevista hablando inglés, pero resulta que en ese trabajo no piden un nivel demasiado alto. El problema es que le piden conocimientos de informática, por lo que le dejan metiendo datos en el ordenador y la pobre Trini no tiene ni idea. Además, los de la empresa son unos cabrones de cuidado que se ríen de ella.
En el karaoke, César intenta aclarar la situación de nuevo con el Poli Buenorro y Trini. Ésta explica la verdad, incluso se ríe de la idea, pero Juanjo está cabezón perdido y se pone pues... muy Juanjo, por lo que Trini se rebota y dice que sí que ha estado con el poli, que se lo ha pasado pipa, lo han hecho cinco veces y aaaahhhhyyyyy. Así, tal cual. El poli dice que están todos fatal, sobre todo Juanjo y éste le echa con un gruñido de los suyos, mientras ponen al pobre César en la disyuntiva de elegir equipo.
Por la noche, Juanjo ve a Rafael hablando con Charo y su amigo y, cuando se queda a solas con Rafael, le pregunta sobre él. Rafael le cuenta que no es dueño de ningún tablao, sino que es el médico que trató a Luisa cuando se puso enferma. Rafael, entonces, regresa a casa, donde está la pobre Trini jodida y, encima, es tan agradable como siempre, por lo que Trini le dice que lo de intentar mejorar se ha terminado. En serio, ¿por qué ese afán de machacar a la pobre Trini día sí, día también?
En esas, el Poli Buenorro se asoma al balcón e invita a Trini a tomar algo y ella acepta. Están hablando sobre que Juanjo es complicado e intenso, no como el poli, que intenta venderse como mejor opción, pero Trini no cede. Bien, Trini, bien, que tú tienes que estar con Juanjo y con nadie más. El Poli Buenorro, por cierto, le pega un pedazo de beso, pero ella se marcha igualmente.
A la mañana siguiente, Juanjo se encuentra a su madre en el barrio y le pregunta que por qué le ha mentido. Charo le cuenta que le descubrieron un bulto en el pecho, que está todo controlado (su amigo es su médico), que está curada, pero que tiene una revisión y le asusta. Por eso, disfruta de la vida como lo hace y que lo lleva bastante bien, aunque lo llevaría mejor si él no le echara tanto la bronca. Juanjo se ofrece a acompañarla y ella acepta. Ainss, este hombre es amor, en serio :3
En el bautizo, en la guerra de comida y con esa excusa, Juanjo le echa a Trini en cara que siempre esté donde no debe, por lo que ella intenta darle, pero no lo logra. César vuelve a repetirle que Trini no se acostó con nadie, que fue él quien estuvo con Susi y que es Juanjo el que lleva años con el mismo clavo y que el clavo tampoco es que quiera salir de ahí. El Poli Buenorro, entonces, le dice a César que pase de Susi, que se merece algo mejor y que no va a estar solo porque los tiene a todos ellos. Está en pleno discurso emotivo, cuando al pobre le pegan un tartazo, que hace que los demás se mueran de la risa.
Juanjo y Trini se están limpiando, mirándose así todo enamorados, mientras suena la canción que canta Paula y es para morir de amor. En serio. Si es que tienen que acabar juntos sí o sí.
Al final, los dos hablan sobre lo sucedido. Ella admite que se pasó y él que le dolió pensar en que había pasado y que le alegra saber que no es así. Trini, entonces, señala que eso no debería ser, que no son nada. ¡No, mentira cochina, sois amor verdadero! Si estuviéramos en Storybrooke romperíais maldiciones con vuestros besos, hombre ya, así que nada de tonterías de que no sois nada. ¡Pero si estáis coladitos por el otro!
Por su parte, César deja a Susi, quien se rebota un montón y le pregunta si ha reaparecido la loca. César dice que prefiere que ese clavo siga ahí, en vez de quitárselo con cualquier otro. Susi flipa ante la comparación y, de paso, culpa de todo a Juanjo, que dice que él no ha hecho nada y que César es muy listo y sabe sacarse las castañas del fuego él solo.
En su casa, Trini tira el periódico, pero su padre le dice que no lo haga y que le ha señalado las ofertas donde no piden inglés y que la ha apuntado a un curso de informática y que, con lo cabezota que es, conseguirá lo que quiera. Que lo que le pasa es que a él le faltan fuerzas y piensa que a todos le pasa lo mismo. Además, Nacho y Paula se ofrecen a ayudarla con lo que hiciera falta.
Eso es todo por esta semana. El de la siguiente no es que me emocione porque lo de Jeco me tiene cabreada no, lo siguiente, y encima en el avance sale Juanjo besándose con Elena. Arg, qué desesperación, en serio. Arg.