Inconsciencia
Tras el post del Gerrero pacífico, propusimos hablar de los 6 pilares fundamentales de la autoestima. Así pues, aquí teneís el primero.
1.- Vive conscientemente
Si no eres consciente de que existes, de tu existencia, de los actos que realizas y de que lo que haces influye en ti y en los demás, iras perdiendo eficacia en todo lo que hagas y perderás el respeto por ti mismo. Por la mañana, toma consciencia de que “estas vivo”, de que respiras. Tú puedes elegir como será tu día, adonde ir, que hacer, tú decides.
La forma más simple de resentir la autoestima es evadirse de la realidad. Cuando dices “yo sé que tengo un problema, pero prefiero no pensar en eso” te evades. “si, sé que tengo problemas matrimoniales, pero prefiero no verlos. Sé que tengo problemas mentales o emocionales, pero prefiero no tocar el tema”. Es como el caso del alcohólico o drogadicto que dice: “yo sé cuando parar”; “yo lo manejo cuando yo quiero y como quiero”. El que dice eso, es un adicto porque vive inconscientemente y su autoestima se resiente.
Algunos dicen “sí, yo se que con mi actitud, con mi carácter podrido estoy dañando a mi familia, pero… no hago nada”. Eso también es vivir inconscientemente porque si yo sé que con mi actitud estoy dañando a mi familia, tengo que ponerme las pilas y hacer algo. Por otra parte, si piensas de una manera y actúas de otra, entonces no estás viviendo conscientemente. Tienes que vivir de acuerdo a los valores y a las metas que tienes, ponte de acuerdo contigo mismo y respeta tus creencias y tu opinión.
Vivir conscientemente. El problema es que esta frase quizá resulte demasiado abstracta para algunas personas; no se traduce de manera auto evidente en una acción mental y/o física. Y si deseamos crecer, necesitamos saber qué hacer. Necesitamos aprender nuevas conductas. De modo que debemos preguntar: si tratáramos de vivir más conscientemente ¿cómo y en que aspectos actuaríamos de manera diferente?
La mente es nuestro medio de supervivencia fundamental. Todos nuestros logros específicamente humanos son el reflejo de nuestra capacidad de pensar. Una vida llena de éxitos depende del uso adecuado de la inteligencia, es decir, adecuada a las tareas y objetivos que nos proponemos y a los desafíos con que nos enfrentamos. Este es el hecho biológico central de nuestra existencia.
Nuestra conciencia es una elección
Pero el uso adecuado de nuestra conciencia no es automático; más bien, es una elección. Tenemos libertad de obrar en pro de la ampliación o la limitación de la conciencia. Podemos aspirar a ver más o a ver menos. Podemos desear saber o no saber. Podemos luchar para obtener claridad o confusión. Podemos vivir conscientemente, o semiconscientemente, o (para casi todos los fines prácticos) inconscientemente. Éste es, en definitiva, el significado del libre albedrío.
Si nuestra vida y nuestro bienestar dependen del uso adecuado de la conciencia, la importancia que le otorguemos a la visión, prefiriéndola a la ceguera, es el componente más importante de nuestra auto confianza y nuestro auto respeto. Será difícil que podamos sentirnos competentes en la vida si vagamos (en el trabajo, en el matrimonio o en la relación con los hijos) en medio de una niebla mental autoprovocada. Si traicionamos nuestro medio fundamental de supervivencia tratando de existir de forma irreflexiva, la impresión que nos formamos de nuestros propios méritos queda perjudicada en la misma medida, con independencia de la aprobación o desaprobación de los demás.
La autoestima es la reputación que adquirimos con respecto a nosotros mismos.
Autoestima
La autoestima, pues, depende, no de las características con las que nacemos, sino del modo en que usemos nuestra conciencia, de las elecciones que hagamos con respecto al conocimiento, la honestidad de nuestra relación con la realidad y el nivel de nuestra integridad. Una persona de gran inteligencia y gran autoestima no se sentirá más adecuada a la vida o más merecedora de felicidad que otra persona con gran autoestima y una inteligencia modesta.
La independencia es una virtud de la autoestima.
Vivir conscientemente implica respeto por los hechos de la realidad -los hechos de nuestro mundo interior así como los del mundo exterior-, en contraste con una actitud equivalente a decir: “Si yo no quiero verlo o considerarlo, esto no existe”. Vivir conscientemente es vivir responsablemente para con la realidad. Lo cual no significa que tenga que gustarnos lo que vemos, sino que debemos reconocer lo que es y lo que no es, y que los deseos o los miedos o los rechazos no alteran los hechos.
Vivir conscientemente o inconscientemente:
Pensar, aunque resulte difícil, contra no pensar.
El conocimiento, aun cuando sea un desafío, contra el desconocimiento.
La claridad, se obtenga o no con facilidad, contra la oscuridad o la vaguedad.
El respeto por la realidad, ya sea agradable o dolorosa, contra la huida de la realidad.
El respeto por la verdad contra el rechazo de la verdad.
La independencia contra la dependencia.
La actitud activa contra la actitud pasiva.
La voluntad de correr riesgos adecuados, aunque despierten miedo, contra la falta de voluntad.
La honestidad con uno mismo contra la deshonestidad.
Vivir en el presente y de acuerdo con él, contra replegarse en la fantasía.
Enfrentarse a uno mismo contra evitarse a uno mismo.
La voluntad de ver y corregir los errores, contra la perseverancia en el error.
La razón contra el irracionalismo.
Alx