Vive la vida

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Cuantas cosas importantes no se enseñan en la escuela, el sistema educativo formal crea personas disciplinadas, hábiles, aplicadas, resolutivas…  Perdemos la parte más importante de nuestras vidas aprendiendo a ser obedientes, organizados y sobretodo aprendemos a encajar en una horma en la que es imposible encajar, la de la gente “normal” como si existiera un “standard” en una especie tan compleja como la humana.

La gente sería más feliz si no existiera la afirmación “gente normal”, del hecho de querer encajar en una horma imposible, derivan trastornos como la anorexia o la vigorexia , en mi generación, las niñas querían ser como Barbie y los niños como He-man y por ello se diluía su propia esencia.

Dos ejemplos de emprendedores (dis)capacitados

Al querer aplicar la afirmación “gente normal”,  lo que se sale demasiado de la horma es inevitablemente en nuestra visión de la humanidad una “mutación” a la normalidad, por lo tanto hay que ponerle un nombre, crear un medicamento y tratar a esas personas de forma diferente, igual que hacemos con la naturaleza intentando clasificar lo inclasificable y de allí nace la taxonomía, lo hacemos con las personas: Tú eres hiperactivo, Tú eres discapacitado, Tú eres superdotado… Cada persona es diferente y no por ello ES alguna clasificación, como si ser hiperactivo fuera peor, de hecho lo es pero solo para aquellos que han sido educados en la hegemonía sin cuestionarla, nunca para los que “sufren” esa “anormalidad”.

Me viene a la cabeza la nueva ley del aborto (en España) de la que se ha hablado mucho aunque no se ha hecho un verdadero debate (incluso hay muchísima gente que cree que está prohibido abortar en España, tal es la desinformación intencionada) cuando se habla tan a la ligera de casos en los que el feto no se presenta “normal”,  pero… ¿Qué es normal? Sinceramente hay gente que consideramos “normal” que hubiera sido mejor si no hubieran nacido, de la misma manera hay gente “anormal” que ha aportado mucho a otras personas, y ya mejor no hablamos de los que no tendrían un hijo o hija “anormal” por motivos económicos, ¡¡¡ hasta que punto somos una sociedad basada en la economía por encima de todo !!! pero el aborto es un tema que mejor dejo para desarrollar en otro artículo o corro el riesgo de ser muy malinterpretado.

Muchas veces he escuchado a personas relacionadas con la educación decir con buena fe “debéis ser tolerantes con fulanito porque tiene un problema” yo veo a Fulanito (que resulta tener uno de esos síntomas que nos emperramos en clasificar) bien feliz, y lo único que pienso es que los que estamos más cerca de la horma somos los que tenemos un problema en aceptarle o en intentar que él sea lo más “normal” posible, sin darnos cuenta que él ya es feliz ¿y que hay más importante que eso?

La evolución (según Darwin y que no comparto del todo) se basa en mutación/adaptación, por lo tanto no habría que ignorar la mutación si queremos evolucionar.

Me voy por las ramas… Quería escribir sobre la vida y saber vivirla y estoy escribiendo sobre la hegemonía de la sociedad, al menos he llegado dónde quería:  “ser feliz” eso no lo enseñan en la escuela, nos enseñan cosas banales de las que el 80% olvidaremos después del examen y el 20% restante a lo mejor no aplicaremos nunca y no nos enseñan a vivir.

La mayoría de gente pasa por la vida sin vivir, son la gente que se centra en sus problemas y no en sus proyectos, sus “suertes” o lo que tienen delante aquí y ahora. En nuestra sociedad occidental la muerte es una especie de tabú, tanto es así que aun con un porcentaje muy alto de no creyentes, la mayoría de ceremonias fúnebres se celebran según el rito católico (en España) delegando algo tan importante y relacionado con nuestra vida como es la muerte,  a la iglesia, aunque no creamos en ella, bien, ya hemos delegado, ya podemos seguir con nuestra vida de obligaciones y sobretodo seguir siendo personas hábiles, aplicadas, resolutivas, organizadas…

Los Ashanti en Ghana (Golfo de Guinea) no tienen ese tabú, tuve la “suerte” de ver un entierro Ashanti  allí, los familiares y amigos se visten de color rojo y organizan una autentica fiesta con música y todo el mundo baila, en un momento de la ceremonia, van saliendo familiares y amigos a explicar y recordar anécdotas divertidas que vivieron con el difunto y enseñanzas del mismo, por las calles no es difícil ver escultores de ataúdes que a demás son temáticos y muy coloridos, la gente habla de la muerte sin tapujos y el tenerla presente, sin duda, les hace más felices.

Entierro Ashanti

En mi opinión, se puede medir la felicidad de alguien valorando cuanto le teme a la muerte, hay una etnia en África central que cuando un anciano está ya muy enfermo y cercano a la muerte, este pide que le lleven, llevarle consiste en dejarle abandonado en medio de la sabana para que se lo coman la hienas, se que para nosotros es chocante, pero ¿no es ese el ciclo de la vida? Pensad que un sur-americano se escandaliza de que en Europa dejemos a nuestros abuelos en residencias.

¿Tienes mucho miedo a morir? Es posible que no hayas vivido cada momento y por eso te de pena terminar, no estás aun satisfecho… También puede ser que nunca pienses en ello ya que eso es poco resolutivo, aplicado, hábil y disciplinado y no hemos sido educados para ello, y también habrá quien dirá que está disfrutando tanto que por ello teme a la muerte, todos morimos aunque cueste creerlo, pero  da igual, ¿desde cuándo lo importante es el final? Para mí un símil de la vida es un viaje a un lugar desconocido, al principio aprendemos sobre el lugar y las costumbres, alguna palabra, disfrutamos de la comida y las cosas que nos brinda ese país y sus gentes, nos desenvolvemos cada vez mejor y después llega un día en que volvemos a casa, ¿de veras crees que lo importante de un viaje es el día de volver a casa? Claro que no, lo importante es lo vivido durante el viaje, lo aprendido y lo compartido y en mi caso el saber que tengo un billete de vuelta hace que disfrute mucho más cada momento, es decir, la muerte no es importante, es inevitable pero gracias a ella y a tenerla presente deberíamos disfrutar cada instante.

Ataúdes temáticos en Ghana

Hay un pequeño porcentaje de gente que no sabe disfrutar de los momentos buenos, piensan: “que pena, con lo bien que lo estoy pasando y esto terminará” luego hay mucha gente que no sabe disfrutar de los momentos malos, de acuerdo, los momentos malos no son disfrutables pero si vivibles, hay que aprender a vivirlos también, sin ignorarlos y viendo que se puede aprender de ellos, son parte importante de la vida y hay que aprovecharlos.

Cuanta gente solo pasa por la vida, solo hace esto o aquello sin fijarse en que la vida está ocurriendo alrededor. Hoy pasando por un puente peatonal he visto un nido en una haya, he parado y he podido ver los pájaros, por el puente pasaban muchas personas y pasa mucha gente al día que no se fija en ello porque solamente “van a” o “vienen de” y no están aquí, solo se han fijado en que un tío no muy “normal” ha parado en seco en medio del puente y se ha quedado allí unos minutos descubriendo dos nidos más.

Hay gente que no vive los momentos, las cosas sencillas, hay quien toma el café de un sorbo sin saborearlo, hay quien teniendo tiempo se cocina cualquier cosa en el microondas, que hablan sin mirar a los ojos y sin intentar reflexionar si quiera lo que están diciéndole, gente que no cuestiona, que juzga, hay gente que acaba el día y no sabe si había nubes o estaba completamente despejado… La vida está pasando y no la estás viviendo y con vivirla no me refiero a hacer cosas como ir de fiesta, follar, comer, viajar y hacer todo tipo de actividades (que también) sino a disfrutarlas y vivirlas, verlo todo con la perspectiva e imaginación de un niño.

Voy a hacer dos listas, la primera son cosas que hace el 90% de la humanidad en occidente, seguramente es gente que tiene miedo a morir, la segunda son cosas que nos regala la vida y a veces no prestamos atención:

Un día de una persona aplicada:

-   Me ha sonado el despertador con el tiempo justo

-   He tomado un café

-   He cogido el coche

-   He ido a trabajar

-   Me he preocupado por algo que aún no ha ocurrido

-   He pensado en que hacer mañana

-   He planificado mi futuro

-   He pensado en algo que ocurrió ayer

-   He hablado sobre el trabajo

-   Me he enfadado con alguna administración

-   He intentado solucionar un tramite

Un día de una persona que vive:

-   Hoy al levantarme he salido a la terraza a ver cómo salía el sol mientras saboreaba mi cafecito de buena mañana, parece que va ser un día despejado aunque hay unas nubes estiradas que aparecen por el oeste, he visto que las golondrinas que suelen anidar en la “visera” del edificio han vuelto y mis tulipanes están creciendo a un buen ritmo, la primavera está llegando de nuevo.

-   Cuando iba a trabajar he encontrado a una persona haciendo auto-stop, le he llevado y me ha explicado cosas muy interesantes sobre su país de origen, le he llevado hasta dónde quería aunque para ello me he tenido que desviar de mi camino, me ha invitado a cenar un plato típico en su casa el viernes.

-   He hablado con mis compañeros de trabajo

-   He pensado en lo gratificante que debe ser comer algo que he plantado y crecido yo mismo

-   Mañana empezaré a hacer un huerto

-   He pedido consejo a una persona que conozco

-   He dejado de hacer un trámite para ayudar a un amigo

-   Me he sentado al sol a escribir un poco

-   He ido al mercado y he hablado con cada uno de los tenderos para que me aconsejaran sobre los productos, sólo uno me ha respondido con prisas, los demás parecían agradecidos de mi curiosidad y me he sentido muy bien con la atención y los consejos que me han dado

-   He preparado una receta que me enseñó mi madre

Yo disfrutando del sol y el vino poco después de salir del hospital

Vive con mayúsculas, vivir la vida no es cuestión de dinero sino de actitud, ¿cuántas de las cosas que te muestro a continuación has VIVIDO? (no cuantas has hecho sino cuantas has VIVIDO)

Subir una montaña, tomar una cervecita fresca en una terraza, una siesta balanceándote en una hamaca, escuchar música, plantar algo, leer un libro, bañarse en un lago por la noche, ir solo a la playa, ver una obra de teatro, conducir con la música a tope, encontrarse con alguien que hace mucho que no ves, “comunicarte” con un animal, inventar un plato, hacer un vermouth con alguien interesante, descubrir un lugar abandonado, perder la noción del tiempo en una biblioteca, dormir en medio del bosque, explicar y escuchar historias frente a una hoguera, quedarte dormido viendo una película sofá y manta en invierno, sentir el olor a mar cuando hace tiempo que no estás cerca, charlar con amigos sin prisa, hacer una barbacoa con gente especial, quedarte un rato a escuchar a un músico callejero, dar una sorpresa a alguien, recibir una llamada que no esperabas, jugar con un niño y aprender, ir a buscar setas, descubrir una ruta en bici, hablar con alguien mayor que te explica cómo era el sitio dónde vives, conectar con alguien que te acaban de presentar, que te pille la lluvia andando a kilómetros de un refugio, beber un zumo de naranjas recién exprimidas, invitar a alguien a cenar porque si, descubrir un buen vino, hablar con desconocidos, Un vaso de agua fresca después de correr, una ducha caliente después de un duro día, reírse de un despiste, sentir la emoción de un amigo que dice que va a ser padre, recordar un buen sueño, reírte hasta el dolor por una tontería, leer algo que escribiste hace tiempo, prestar atención al sol, el cielo, las nubes, las estrellas…

¿Me ayudáis con esta lista de cosas que deberíamos vivir?

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