Vive mientras puedas, mientras todavía te quede la ilusión de que vivirás eternamente, de que todo es posible y de que los sueños se cumplen. Vive mientras las primaveras se siguen acumulando en tu memoria y tu sola presencia le va dando forma a esas ilusiones forjadas a fuego en tardes de lluvia. Vive mientras nadie te diga lo contrario, mientras te permitan equivocarte y volver a intentarlo, mientras sigas reconociéndote en los espejos y los colores continúen despertando en ti las sensaciones inequívocas del ayer más pausado.
Vive mientras puedas, mientras no te des cuenta de que existen trampas mortales en las que aún no has caído, mientras por las noches te visiten los mismos fantasmas de siempre, acostumbrados a que les dejes un hueco en la cama y compartas el edredón con ellos, vive mientras vivir sea lo mejor que puedes hacer por tu vida.
Vive mientas puedas, porque no te queda más remedio que seguir siendo tú mismo, con tus dimes y diretes, tus planes y tus engaños, tus esfuerzos y tus meditaciones. Vive porque así te lo enseñaron papá y mamá, porque vivir es un estupendo ejercicio diario y tal vez mañana ya no puedas realizarlo. Vive mientras todavía queden tréboles de cuatro hojas en los bosques privados de tu imaginación. Vive por vivir, porque viviendo uno se siente libre y poderoso, porque es como bailar con el destino al compás de tu corazón y de tu alma.
Vive mientras puedas, mientras el sol siga saliendo cada día y la lluvia siga mojando las oscuras callejuelas empedradas por las que transitan tus ideas, vive mientras sigas teniendo ideas, mientras las ideas te sigan teniendo a ti, mientras necesites soñar despierto porque dormido no alcanza. Vive mientras veas un atisbo de esperanza, mientras el horizonte esté despejado y la mar serena, mientras la visibilidad sea lo suficientemente buena como para sumergirse en busca de respuestas. Vive sin pensarlo demasiado porque si lo piensas puede que mientras tanto pase el tren y lo pierdas.
Vive mientras puedas vivir. Vive mientras seas consciente de que puede que luego no haya marcha atrás, mientras el límite lo pongas tú y seas capaz de lamer tus propias heridas, mientras la vida sonría levemente aunque a veces sea muy cruel, porque llegará un momento en que la vida sea muy cruel aunque a veces sonría levemente.
Vive para que ese momento te pille con la vida ya vivida, para que puedas levantar la cabeza satisfecho y gritar al infinito que sí, que pudiste vivir, que lograste encerrar en tu memoria una maravillosa colección de instantes irrepetibles y mágicos y que lo vivido, vivido está y nadie, nunca jamás, te lo podrá arrebatar.