Revista Educación

#ViveEnPositivo

Por Siempreenmedio @Siempreblog
#ViveEnPositivo

El Día Mundial del Sida se conmemora el 1 de diciembre de cada año, y se dedica a dar a conocer los avances contra la pandemia causada por la extensión de la infección del VIH, entre otras cuestiones.​ El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lleva décadas coordinando esfuerzos en esta lucha, como también hacen los distintos gobiernos, conscientes de que estamos ante una cuestión social y de salud pública de primera magnitud.

#ViveEnPositivo es el inspirador lema de la campaña que este año ha adoptado el Ministerio de Sanidad, con la finalidad de promover respeto hacia los más de 150.000 españoles que conviven con el VIH, informando sobre el elemental derecho a la igualdad de oportunidades. Desde 2018 funciona el Pacto Social por la no discriminación y la igualdad de trato asociada al VIH, que en su presentación nos recuerda que el estigma hacia estas personas aún hoy persiste como una barrera intolerable, pese a que los avances en los tratamientos y en la atención sanitaria han mejorado la esperanza y calidad de vida, convirtiendo la infección en una enfermedad crónica.

En España se trabaja también para seguir concienciando a la población, para que nadie se relaje en esta tarea que requiere no caer en minimizar un riesgo que sigue existiendo, como también generalizar el acceso a tratamientos como la profilaxis pre exposición (PrEP) dentro del Sistema Nacional de Salud para colectivos vulnerables. Todavía hoy 4.000 personas son diagnosticadas cada año, y se ha marcado como objetivo internacional que el 1 de diciembre de 2030 sea el último año en que tengamos que celebrar esta efeméride porque se puede dar por terminada la enfermedad.

Como todo, la lucha contra esta pandemia que se ha cobrado tantas vidas, puede verse desde distintas ópticas. Lejos de nuestro mundo "civilizado" el trabajo persigue la misma loable meta, pero tiene distinto enfoque. "Poner fin a las desigualdades. Poner fin al SIDA. Poner fin a las pandemias" es el lema de ONUSIDA este año.

Nos recuerda en su web que han pasado cuatro décadas desde que se conocieron los primeros casos, y el VIH sigue amenazando al mundo, que está bien lejos del camino para hacer realidad la utopía de acabar con la pandemia en 2030, pero no debido a una falta de conocimientos o medios, sino por las inmensas desigualdades estructurales que obstaculizan las soluciones que funcionan en cuanto a prevención y tratamiento del VIH. Si no se toman medidas, en las zonas más desfavorecidas del planeta podría seguir sin control: Hasta 7,7 millones de personas se estima que podrían perder la vida en los próximos diez años, y la inmensa mayoría se debe a la falta de acceso equitativo a medicamentos, vacunas y tecnologías sanitarias.

Hacer frente a esas desigualdades ayudará a promover los derechos humanos de grupos de población clave y preparará mejor a las sociedades para afrontar cualquier cuestión de salud pública. Puede que sepamos cómo plantar cara a las enfermedades, pero todo depende de un compromiso real de los líderes políticos, que los Gobiernos pasen del compromiso a la acción y cumplan sus promesas.

Mi lazo rojo, mi reconocimiento y, sobre todo, mi donativo cada 1 de diciembre, cada día de mi vida, como recuerdo a los esfuerzos individuales y colectivos que se realizan en esta lucha. Hoy y siempre es necesario poner en valor a quienes conviven con el VIH, como también a quienes trabajan para hacer desaparecer el estigma y minorar la incidencia en todo el mundo.

Y mi repulsa, rechazo y asco a quienes son incapaces de sumarse a una declaración institucional que ponga en valor esta lucha en el Congreso de los Diputados.

(Pero no te olvides de La Palma)


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