Revista Espiritualidad

Vives a golpe de ansiolíticos y antidepresivos

Por Programadestres

Vives a golpe de ansiolíticos y antidepresivos

Un artículo reciente de prensa se titulaba así "Vivir a golpe de pastillas" y muy resumidamente constataba que cerca del 20% de la población vive a golpe de ansiolíticos y antidepresivos y esto me llevó a plantearme una reflexión:

¡Tan tremenda es la vida que necesitamos vivirla a golpe de pastillas!

Algo no estamos haciendo bien, como sociedad y como individuos responsables de nuestra propia vida.

No se trata de no utilizar ansiolíticos o antidepresivos cuando las circunstancias y los médicos así los prescriban.

No se trata de demonizar estos medicamentos que en casos puntuales son necesarios y para ello están pensados y no para tomarlos de forma crónica como si fueran caramelos.

El problema está en que, como pacientes solicitamos a nuestros médicos que nos receten pastillas porque no soportamos la vida que estamos viviendo, aunque no lo expresamos abiertamente, eso es lo que estamos haciendo.

No estamos acostumbrados, o no hemos aprendido a gestionar la frustración, la incertidumbre y el continuo flujo de demandas que el ritmo de vida actual nos impone o que en muchas ocasiones nos imponemos a nosotros mismos dejándonos arrastrar por las corrientes de modas, usos y costumbres del consumismo.

Dejamos de hacernos responsables de las emociones que no nos gustan para ceder el control a las sustancias que nos alivian ese estado de sufrimiento cada vez mayor e insoportable.

Es mucho más fácil tomar una pastilla para dormir, que adoptar los cambios que nos permitan dormir de modo saludable.

Por poner unos breves datos estadísticos que se reflejan en el artículo mencionado:

Según las estadísticas de Sanidad, el consumo de antidepresivos creció un 30,8% en 2015 con respecto a 2008, y el de ansiolíticos, un 15,7%, en el mismo periodo.

La sanidad pública gallega prescribió el año pasado unos 3,12 millones de envases del primer tipo de fármacos y algo más de 4,23 del segundo.

En números redondos, se superaron los 7,3 millones de cajas de ambos medicamentos.

Se trata de que vivimos una vida que no nos gusta, pero nos resistimos en la mayoría de la ocasiones en hacernos responsables de realizar algunos cambios en nuestra vida que nos alivien la presión que percibimos y que nos alejan del estado de bienestar.

Y no nos damos cuenta de que el cuerpo nos envía señales (muchas de ellas en forma de enfermedades leves, moderadas o graves) para que tomemos medidas en pos de dar solución a ese estado de alerta permanente.

Vives a golpe de ansiolíticos y antidepresivos

Uno de los primeros efectos físicos que se refieren son la falta de sueño o una mala calidad del mismo y éste déficit si se mantiene en el tiempo acaba cronificando el problema, y entonces sí que tenemos un grave problema.

No voy aquí a realizar un sermón porque no se trata de eso, sino de hacer una pequeña reflexión sobre el tema porque las estadísticas son muy preocupantes.

    Debemos aprender a escuchar a nuestro cuerpo, porque las patologías son señales de que algo no estamos haciendo bien y buscar los pequeños cambios que debemos introducir para remediarlo.

No vale de nada lamentarnos de los problemas o echarle la culpa a las circunstancias.

Las emociones que nos disgustan son parte de la vida: frustración, incertidumbre, tristeza, preocupación, ira, etc.

  • No trates de negarlas, prestales atención, observalas, no vas a poder evitarlas así que será conveniente que aprendas a vivir con ellas el tiempo imprescindible para buscar soluciones. Las emociones están ahí para permitir que nos adaptemos a las circunstancias.
  • No se trata de acostumbrarnos a estar permanentemente preocupados o tristes o inquietos, sino de asumir la parte de nuestra vida cotidiana que nos causa ese estado y adoptar las medidas que nos lleven a una solución.

Y cuando creas que aquello que no te gusta no tiene solución aprende a aceptarlo desde la perspectiva de que has realizado todo lo que está en tu mano para cambiar las circunstancias, el resto no depende de ti.

"Cuando no puedas cambiar las circunstancias, aprender a vivir con ellas cambiando tu actitud"

Sé que puede resultar duro este punto de vista, pero más duro es depender toda la vida de unas pastillas que no hacen otra cosa que enmascarar aquello que te disgusta y que no te atreves a cambiar o aceptar.

Si quieres aprender a gestionar tus emociones aprende a meditar y verás que aprenderás con la práctica a fluir incluso en las circunstancias más adversas.


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