OBRAS
VIVIENDA ARQUITECTURA RIFA G’09 · 01/12/2016
La vivienda surge como respuesta a la forma alargada de la parcela donde se emplaza. El ancho de la misma (casi la mitad del ancho del terreno) convierte los laterales en área de oportunidad, por lo que las proyecciones más acentuadas del espacio interior se dan en direcciones perpendiculares al terreno.
Fotografía: © Marcos Guiponi
El área social de la vivienda se define como una espina que va adquiriendo privacidad a medida que uno avanza desde el frente hacia el fondo. Al segmentarse este área, se genera una sucesión de sutiles conexiones visuales en diagonal, conectando los espacios, y proyectándose al exterior. Estas proyecciones van acompañadas de dos tipos de pavimentos que se definen según el programa adyacente en el interior de la vivienda y la característica de la actividad que se pueda llevar a cabo.
Fotografía: © Marcos Guiponi
Los volúmenes macizos están anclados al suelo, emergen de él. La cubierta apoya en ellas, convirtiéndolas en portantes, abandonando la estructura de pilar y viga. Las fachadas se convierten así en la imagen misma de la estructura, tan elemental como un dolmen. De aquí se desprende la decisión de levantar los muros con ladrillo de campo.
Fotografía: © Marcos Guiponi
El espacio social de la vivienda queda definido por tres elementos: los volúmenes de ladrillo que afloran del suelo; la cubierta de hormigón visto cuyo carácter macizo acompaña la idea de dar refugio y el piso de hormigón que se escurre entre los volúmenes. Las áreas privadas, de servicios y anexas fueron distribuidas en los distintos volúmenes, cuyo color blanco en el interior maximiza la iluminación que proviene de vanos.
Fotografía: © Marcos Guiponi