Juliaan Lampens nació en 1926 en De Pinte, cerca de Gante, Bélgica. Probablemente sea uno de los arquitectos belgas más olvidados, al mismo tiempo que uno de los pioneros en la arquitectura moderna de su país. En 1950, el arquitecto creó su propio negocio en Bélgica y construyó su propia casa en 1960, lo que representó un punto de inflexión en su carrera.
Lampens trabajó casi exclusivamente con hormigón, madera y vidrio. Formalmente, sus casas fueron diseñadas para mostrar una armonía interior y exterior con su entorno y la naturaleza. Líneas fornterizas, orientación cardinal y líneas de visión eran fundamentales para la colocación y construcción de la casa. Normalmente, las casas de Lampens están cerradas al público en un lado pero de otro modo completamente abiertas a la naturaleza, con el resultado de que siempre hay un intercambio formal entre la transparencia y el cierre. Los espacios hostiles inspirados en primas búnkeres de hormigón se convierten en lugares armoniosos.
Las viviendas de Lampens prentendían formar un plan abierto completo, sin pilares o incluso paredes y todas las habitaciones estaban colocados de forma que aparentemente unidos entre sí (cocina, sala de estar, dormitorios y cuarto de baño en un solo espacio abierto). En el interior todo forma parte de una comunidad, de una unidad familiar, una forma de volver a un modo más básico de la vida.
La manifestación más clara de estas ideas se pueden encontrar en la casa Vandenhaute-Kiebooms (1967). Aquí Lampens tomó su arquitectura hasta el extremo. La apertura absoluta dentro del edificio animó a la familia (una pareja con sus cuatro hijos) a convivir en un espacio que carece de intimidad acústica o perceptual. Un cubo de 14×14 metros – realizado en hormigón y vidrio con un plan abierto muy radical – está protegida por una cubierta de hormigón que se coloca colgando 2,6 metros sobre el nivel del suelo y se apoya en sólo dos delgadas vigas angulares de acero. La casa está totalmente abierta en los lados sur y al este, lo que permite su orientación hacia un panorama de campos. Los únicos elementos fijos dentro de la casa son tres entrecerrados cilindros de cemento que se elevan desde el suelo.Detrás de estos se encuentra el baño, el inodoro y la escalera al sótano. Desde el techo se deja caer, como contrapunto a los cilindros, un cuadrado de cemento colgante que desciende al nivel de los hombros con el fin de delimitar el área de cocina.
Aparte de este número mínimo de elementos fijos, la estructura viva puede ser libremente organizada bajo el techo. Varias familias que han vivido y crecido en sus edificios han declarado cómo la arquitectura Lampens tiene la sensación única de espacio en el que conviven tanto con la naturaleza y como una comunidad familiar.