Este conjunto de 131 viviendas protegidas, diseñadas por el estudio Zigzag arquitectos, se ubica en Mieres, Asturias. Una de las características de este proyecto en la de integrar la arquitectura en el entorno. El entorno donde se sitúan estas viviendas mezcla lo urbano con lo rural. Es decir, es un lugar donde pese a estar en medio de una masa de edificios, puede encontrar una visión limitada del valle situado en la parte alta de las montañas.
Se pretende recuperar esta doble cualidad del lugar, moldeando el bloque urbano tradicional rígido hacia un volumen de alturas variables. El edificio coincide con el medio ambiente gracias a los recortes, que permiten la vista hacia las montañas por los espacios vacíos entre los edificios, al mismo tiempo que ayudan al ingreso de luz y ventilación natural al interior del edificio.
Abrir el bloque fue otra de las prioridades. Los espacios de día de los departamentos dan a la plaza, generando por lo tanto, actividad en sus fachadas circundantes. El acceso fue diseñado al romper el bloque en dos de sus esquinas, creando un espacio de tensión diagonal.
La entrada a los departamentos sucede a través de este espacio intermedio, activando la relación de vecindad. La plaza fue diseñada con una ligera pendiente que absorbe la inclinación natural del sitio y la vincula con cuidado todos los niveles de acceso y entradas principales. Las zonas verdes ajardinadas son ligeramente superiores, con espacios de uso exclusivo de los departamentos de la planta baja, separándolos de las zonas de circulación pública. El espacio está construido con bloques de hormigón de distinta porosidad, bajos muros de hormigón, que sirven tanto como jardineras, o como bancos, con hierba y grupos de plantas de bambú nativo.
La naturaleza dual del proyecto resulta en una configuración de doble material. Por un lado la cara urbana se materializa en acero y trae la imagen más industrial y minera de Mieres. La cubierta exterior sirve como fachada y cubierta al mismo tiempo. Está construida con paneles de color gris oscuro, con láminas onduladas de acero, y es como una capa protectora y una robusta carcasa continua en la que están redondeados los bordes. Una vez dentro del edificio buscamos una referencia rural, el porche tradicional asturiano, el uso de la madera…
El interior cuenta con una doble piel; una transparente formada por grandes ventanas que definen el espacio interior de los departamentos, y otra compuesta por persianas de madera móviles, que caracterizan a las terrazas, permitiendo al usuario controlar la radiación solar y tener el necesario grado de privacidad en todo momento.