Revista Insólito

Vivir con trastorno bipolar

Por Rferrari @saludigital

Vivir con trastorno bipolar

Sergio Saldaña tiene trastorno bipolar. No es un secreto, al contrario. Está seguro de que, si más gente se atreviese a dar el paso de hacerlo público, no existiría el estigma que rodea a su enfermedad.

Esa máxima de visibilizar, le ha llevado a crear un blog “Tengo trastorno bipolar” y a publicar un libro (editorial Círculo Rojo) con el mismo título, en el que habla del día a día de una patología que hace oscilar el estado de ánimo entre la manía, o fase de euforia que puede durar días o meses, y la depresión, caracterizada por la tristeza y la desesperanza.

El caballo de batalla de esta enfermedad, para mí, está en que no sé discernir con certeza cuándo una reacción se debe a mi forma de ser- entendedme: personalidad, carácter..- y cuándo se debe a que se me está yendo miserablemente la pinza”, asegura Saldaña en el libro. Contarlo forma parte de un proyecto vital, de una necesidad de explicar cómo ha logrado convivir con ella todos estos años, “desde el humor y el amor”.

El relato comienza poco antes de su primera crisis maníaca, con aquellas pequeñas acciones en las que “nadie veía las cosas” como él.

“Cuando estás arriba, te crees el rey de la baraja. No necesitaba dormir. Hablaba por los codos. Encadenaba pensamientos a toda velocidad. Me parecía que el mundo, la gente, mis amigos, mi familia… iban a cámara lenta”.

Eso, acompañado de un altercado en casa, le llevó por primera vez al hospital, donde los especialistas le recomendaron el internamiento. Estuvo ocho días encerrado, el primer paso para ser consciente de que era algo serio y crónico.

Es un lastre y, hay que decirlo, una putada. No sabes cómo aprenderte la enfermedad. Es muy desconcertante”.

Recuerda el día en el que le comunicaron el diagnóstico como la escena de una película, “Solo que no hubo ficción, aquello fue real. Ese momento te marca para toda la vida. Era imposible asimilar lo que me estaba contando, a mí y a mis padres, el señor que había al otro lado de la mesa vestido de blanco. Entré en un estado de duelo y negación”.

El paso de los años le ha ayudado a enfrentarla de forma diferente y sobre todo a detectar  las señales antes de una crisis.

Cuento las horas que he dormido las últimas noches. Recuerdo los comentarios que me ha hecho la gente que me importa sobre mi comportamiento en estos días pasados. Y, ahora, los escucho de verdad. Rememoro, intentando ser objetivo, las salidas de madre, Ya no son anécdotas, son síntomas y así debo verlas. Visualizo las consecuencias de las pasadas crisis… Rememoro todos los propósitos que he venido haciendo los meses pasados. Me busco las ganas de pelear por mí, de ser egoísta, de negarme a ser un títere con parkinson y babeante. A partir de aquí… temple. Estoy en el límite, en el filo de la navaja. Si grito que le den por culo a todo, será un vuelta a empezar. Si consigo sujetarme, ni manía, ni hipomanía, ni madre que lo fundó. No he perdido del todo. Yo he sido capaz de sujetarme”.

Así describe en su blog cómo evita una crisis maníaca cuando empieza a detectar las primeras señales de alarma.

Sergio Saldaña ha vivido tres internamientos en su vida.

Nunca he esquivado hablar de ello. Es algo que tuve que enfrentar y cuyo recuerdo me ayuda a sobreponerme para no caer de nuevo. Pero una cosa es clara, los amnésicos y la medicación te dejan vacío, te alienan y al salir no eres tú. Siempre he tenido que volver a empezar de cero”, reconoce.

Llegó a pasar 21 días interno en su última crisis maníaca.

Pero Saldaña es algo más que un bipolar: ha acabado la carrera, ha sacado adelante durante años un negocio familiar, ha terminado unas oposiciones y, ahora, es bibliotecario y padre de un niño de seis meses.

“No me siento privilegiado, ni afortunado. Yo no creo en la suerte. Creo en el trabajo que he hecho en momentos muy complejos de mi vida. Lo que sí tengo y no me merezco es el entorno: Lupe, mi pareja, mi familia y mis amigos. Se lo he puesto muy difícil a todos”. Al final del libro, son ellos quienes cuentan cómo es la vida junto a una persona con trastorno bipolar.

Vivir con trastorno bipolar
En el ámbito del tratamiento,  se ha avanzado en el tratamiento con psicofármacos pero es necesario incorporar al vademecun técnicas psicoterapéuticas y de apoyo social con demostrada eficacia y siempre en un contexto de equipo multidisciplinar: psiquiatra, psicólogo, terapeuta ocupacional, acompañante terapéutico, entrenador físico personal, musicoterapeuta, arteterapeuta, etc.

Lamentablemente, esta visión no es la que prevalece en un contexto de crisis del

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sistema de salud. Es necesario poner en marcha  investigaciones de cualitativas y cuantitativas para medir el impacto de este enfoque en la reducción de las crisis maníacas o depresivas y en la percepción de la calidad de vida.-

Fuente:

 http://www.eldiario.es/desalambre/trastorno_bipolar-enfermedad_mental_0_176732836.html

Editado por Raquel Ferrari


Archivado en: actualidad en salud mental, psicopatología, psicoterapia, salud mental Tagged: blog, eldiario.es, saldaña, trastorno bipolar

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