El mundo económico y del consumo evoluciona y crece a un ritmo vertiginoso, es lo que sin duda marca el ritmo del siglo XXI. Las innovaciones son el pan nuestro de cada día, sólo en España hubo más de 23.000 inventos para el año 2011, y algunas multinacionales como IBM superaron las 6.000 patentes. (si te interesan más datos pincha aquí. Muchas de esas conquistas pueden quedar en meras anécdotas y no causar repercusión social, otras (las menos) están destinadas a cambiar el mundo y a provocar grandes cambios que hacen feliz a una parte de la gente con capacidad de consumo.Triunfar en el terreno de la invención significa, por lo general, “Vivir para”, entusiasmarse con lo que uno hace y aspirar a conseguir metas que contribuyan a mejorar la sociedad en su conjunto aunque, por supuesto y sobre todo, en el caso de las empresas prima el interés, no se vayan a pensar los más liberales que el objetivo de aquéllas es el de satisfacer las demandas del mercado, si acaso es el medio pero nunca el objetivo.Pero volviendo al tema que nos interesa hoy, el terreno de la invención, este es sin duda un modelo a seguir y, aunque teñido de secretos y en ocasiones de prácticas más que dudosas, una forma de enfrentarse al mundo para mejorarlo. El método del ensayo error es el que predomina a la hora de inventar, se desecha lo que no sirve y se generan nuevas ideas que mejorarán la cuenta de resultados o la cartera del inventor, pero que redundarán en la felicidad de aquellos que se benefician de ellas, ¿o no están contentos los usuarios de los Iphone con sus superjuguetes?En otro lugar distinto tenemos el terreno del “vivir de” que es el que nos ha lastrado a la crisis. Vivir de las rentas, del trabajo de los demás, del estado, en definitiva intentar aprovecharse de las circunstancias para hacer que yo pueda vivir con toda clase de caprichos y privilegios, “de distinguirse”, que diría Bourdieu. Es esta actitud la que nos ha llevado a una situación que cada día se torna más oscura, no los presupuestos ideológicos de uno u otro signo que en sus sueños y escritos pugnan por convencer a los demás que son los poseedores de la verdad. En la actualidad existen tantos motivos para ser de derechas como de izquierdas, por lo que algunos nos borramos del mapa ideológico para pasar a un terreno de ideas donde podamos gestionar las innovaciones sociales libres de tendencias que poco bien hacen al avance social, si acaso al tendencioso, pero algunos ya nos hemos hartado.El paradigma del “vivir de” se encuentra principalmente en el stablishment político. Decía Max Weber (claro inspirador de este post) que hay dos formas de hacer de la política un profesión “O se vive “para” o se vive “de” la política”. Su análisis va un poco más allá de lo que pretendo en este post, pero es la capacidad de retorcer las ideas lo que nos dota de pensamiento propio. Parece claro cuál es el modelo de “vivir” que ha triunfado en nuestras fronteras, y queda claro que el signo político no parece determinante ante esta generalidad.La parte buena, como decía recientemente Manuel Castells, es que la gente está cambiando su forma de pensar, yo quiero pensar que se está generando un nuevo marco cognitivo que, enlazando con la teoría de Lakoff, estaría generando un grupo de gente que busca una opción política diferente, y que de lo que no se han dado cuenta es que son ellos, somos nosotros, los que tenemos que crearla.