Verdaderamente es indignante que alguien viva del cuento. Que su aporte a la sociedad sea parasitario, que no haya sido capaz de ninguna aportación, salvo poner el cazo.
Pero si eso es grave, me parece mucho más grave que quien lo hace de forma descarada, acuse a otros de su vicio.
En concreto hablo de un tipo, Jesús Sanz, a la sazón obispo de Oviedo, que se atreve a decir, desde su púlpito pastoral, que las ONG viven del cuento. Hay que tener cara dura, ¡vaya jeta!
No sé si habrá alguna ONG que no cumple con su obligación. Lo que sí sé es que la SICAR (Santa Iglesia Católica Apostólica Romana) que representa este obispo --uno de sus sicarios mayores--, a pesar de ser una organización archimillonaria, vive en España de las subvenciones de un gobierno cobarde, que en vez de velar por un Estado laica, les ha aumentado sus fuentes de financiación. Y que se permite, como hace constantemente este señor, morder la mano que le da de comer, sin el menor reparo. Claro que el gobierno,debe ser masoquista, porque se calla y otorga.
En fin, ver para creer, ya saben aquello de: “Le dijo la sartén al cazo…”
Salud y República