El tema de volver a los amores de juventud en la vejez, y el olvido y la memoria se ha tratado muchas veces en el cine. En esta ocasión el protagonista se ve amenazado por una demencia incipiente, y quiere volver a buscar al amor de su vida antes de olvidarlo todo. Lo que mejor funciona en esta obra es la actuación de Oscar Martínez, (merece la pena destacar su muy conseguido acento español), la de Inma Custa cuando se suelta, literalmente, el pelo, y las escenas de su convivencia con una familia casi disfuncional, llenas de diálogos con más mala uva que comunicación. La historia de amor, en cambio, carece de fuerza y obliga a unos giros de guion cogidos por los pelos que parecen indicar que la autora quiere a toda costa hacernos sentir bien. Y en buena parte, lo consigue. Puntuación @cineEnCines: 6/10