Casi puedo imaginar como era este piso barcelonés antes de la reforma, alargado, oscuro y frío… los altos techos, la estrecha planta, la división seguramente en varias habitaciones y la falta de ventanas harían de la vivienda algo bastante sombrío y poco apetecible.
Romper con las divisiones y crear un gran rectángulo diáfano, no sólo ha aportado amplitud, sino que ha dejado que la luz natural pueda fluir por el piso. La pared de piedra unifica y enfatiza todavía más esa sensación de amplitud, aunando las estancias sólo definidas por el mobiliario.
Inteligente idea la de crear un cubo en el centro que contiene el cuarto de baño y la cocina, que no llega al techo y permite más iluminación.
En la cocina, veréis que han utilizado espejo bajo los armarios superiores, un elemento que vimos el otro día y que tuvo detractores (sobretodo por el tema de la limpieza) pero vuelvo a insistir en que el efecto de profundidad que crea es tal, que realmente parece que la vivienda sea más amplia.
Preciosos y elegantes revestimientos los de este piso de 10 en Barcelona. ¡Feliz lunes!










Vía: Contemporist, diseño reforma: Sergi Pons Fotografía: Adrià Goula
