Vivir en una burbuja, ése parecía ser el pensamiento de Antti Lovag cuando diseñó esta casa, para su mecenas Pierre Bernard, y que ahora ha sido renovada y rehabilitada por la arquitecta Odile Decq.
Esta vivienda, que se completó en los años 70, y ahora alberga cursos de verano y es posible visitarla, al sur de Francia, en Théole sur Mer, se construyó para dejar que su creador, probase nuevas formas de Arquitectura orgánica. Construida con una base estructural de acero, sobre el que se vertió hormigón, para darle su forma característica, más que orgánica, parece una nave espacial posada en su emplazamiento, o una macro burbuja habitable.
Ha llevado más de año y medio recuperarla. Según declaraciones de Odile Decq, no estaba en mal estado, pero sí se notaba el paso del tiempo, y con ayuda de los hijos de Bernard, fueron tomando decisiones de patrones de color, mobiliario, etc. Dependiendo de la estancia, los colores van de los naranjas y amarillos, hasta los rosas más vibrantes y por supuesto el rojo.
Lo que está claro es que esta construcción no deja indiferente, puede gustarte o no, pero es fantástica, en el sentido más literal de la palabra. Mezcla entre burbuja, nave espacial o incluso submarino, con sus morfologías redondas, espacios curvos, invita a dejarse llevar, a donde quiera nos lleve la imaginación.
¿Qué os parece?, ¿os gustan este tipo de espacios o por el contrario os ponen nerviosos?. Feliz fin de semana!Mónica t.
***vía Dezeen