No se si se te has dado cuenta que cuando algún amigo o amiga nos avisa para mostrarnos las fotografías de sus vacaciones, pareciese que un escalofrío no recorriese todo nuestro cuerpo, y cuando acudimos a tal evento intentamos evitar aburrieron e incluso bostezar.
Esto no significa que seas un mal amigo o amiga sino que esas fotografías e historias que van asociadas a ellas le han sucedido a otros, las sentimos lejanas, lo que nos hace caer en vacío y no encontramos significado por mucho esfuerzo que pongamos. Estas experiencias se vuelven cada vez más lejanas y aburridas, sobre todo si duran horas y horas.
Este mismo efecto sucede en las redes sociales, así esas fotografías asociadas a textos que publicamos en Twiter, Facebook o Instagram, que se vinculan a nuestros recuerdos les parecerán igual de lejanos a las personas que las ven y adquieren el significado de cualquier otra fotografía publicada en google.
La explicación a este efecto viene recogida en una investigación que publica la revista Psychological Science. Los investigadores de Harvard nos cuentan la importancia que muchas acciones de este tipo, que vienen asociadas a vivencias personales y que contamos a nuestros amigos, tienen sobre nuestras relaciones, lo que lleva implicado un coste social, así muchos de nuestros amigos prefieren no oír hablar de esos momentos que dan vida a nuestras fotografías.
Sin embargo, prefieren oír hablar de anécdotas y experiencias que hemos compartido con ellos, por muy mundanas que hayan sido. Por lo tanto, recuerda que hacer cosas diferentes, querer ser extraordinarios, sentirnos especiales: es importante, pero nos aleja de los demás si esas situaciones que nos hacen especiales no las compartimos. Por eso en nuestra convivencia positiva debemos de potenciar interacciones sociales que se basen en los que nos unen a los demás.
Por lo tanto, recuerda que a la hora de decidir que actividades vas a realizar, ¿cómo te quieres pasar el fin de semana?, debe de ir asociado a experiencias compartidas, por lo tanto, a la hora de diseñar dichas actividades, viajes, vivencias; piensa en como te vas a sentir, piensa en el lugar que vas a elegir y la actividad que vas a desarrollar, pero sobre todo, piensa con quien vas a compartirla y vivirla.
Debes de saber que si lo que vas a hacer no cobra sentido en el mundo de nuestros amigos, compañeros, vecinos, etcétera, no importa lo maravilloso que sea, lo extraordinario o diferentes que pudiera parecerte, simplemente no nos hará muy felices ya que no es una experiencia compartida, lo que implica que no podremos rememorarla con otros.
MIEMBRO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE PSICOLOGÍA POSITIVA
@jriveroperez