Revista Opinión
Creo que uno de los grandes problemas de la sociedad británica es que sus élites, y gran parte de sus ciudadanos, no han abandonado aún el marco mental del Imperio, el marco anterior a 1956, cuando la crisis de Suez puso fin a un mundo. Por eso, siguen ocurriendo cosas como esta, que rescato de La Vanguardia: "La premier defendió ante los empresarios británicos “un
nuevo sistema de inmigración en el que no importe la procedencia sino las
cualificaciones, y un trabajador de la Unión Europea no tenga prioridad sobre
un ingeniero de Sydney o un programador informático de Delhi”. Londres vuelve
la vista hacia los rescoldos de su antiguo imperio y los países de la
Commonwealth, y sólo en el último año 130.000 ciudadanos europeos han
abandonado el país"