Afirmar que vivir sin reputación es mejor no es algo simple, si lo analizamos llega a una profundidad tal que puede ser apabullante, puesto que a lo largo del tiempo vamos a necesitar tener buenas referencias de otros ya sea para conseguir trabajo, para hacer un préstamo, para sacar la Visa u otros aspectos. Pero cuando hacemos hincapié en la no reputación en la vida el fundamento es vivir sin seguir los lineamientos de los demás, sin darle prioridad a las opiniones externas sobre nosotros, a los chismes, exageraciones, calumnias mentiras e incluso realidades que se tuercen un poco para hacernos ver mal. Hay gente dañina y muy tóxica de la que pareciese que cuya misión de vida es tratar de ofender y causar mal.
Revista Gente
Vivir sin reputación implica ser osado, implica ajustarte a un parámetro que va en contra de la ideología social del que dirán, es entonces, un aspecto contracultural. Parte de aceptar que no tienes reputación ante los demás es atreverse a seguir viviendo y aceptando que jamás se va a contentar a nadie, pero tampoco esta debe ser una necesidad. Una base es saber que la gente siempre va a hablar, bien o mal, pero la lengua es un músculo que no para y sobre todo en la gente que no tiene nada que hacer su constante es estar atento a la vida de los demás y vociferar sobre lo mínimo que hagas o ellos crean de ti. Ciertamente no somos monedita de oro para causar agrado en todos y eso es particularmente apreciable cuando aprendes que tus emociones, tus actitudes y sobre todo el acceso a permitir que te ofendan lo decides tú. Nadie puede ofenderte sin que tu antes lo apruebes. Cuando no te interesa lo que pase a tu alrededor y te concentras en ti sin darle cabida a la visión que los demás tengan de ti, eres libre. Claramente esta filosofía no es convencional, tampoco arquetipica en un mundo en el que se le da tanta atención a las apariencias, estima e imagen pública. Tampoco es algo sencillo ni algo a lo que estemos acostumbrados, pues se nos enseña a aparentar y al prestigio social. Llevar esta consigna a la práctica diaria aunque pueda parecer tumultuosa es tranquilizadora, es relajante. Te permite dejar de pensar en la opinión de los otros y te concentras en tu felicidad. Dejas de estar atento a llenar las expectativas de los demás, a sus juicios, parecer, criticas y valoraciones. Tu interés se centra en ser mejor persona, más ilustrado, más amante de la vida, fijado en tus sueños y anhelos, luchando por lograr aquello que deseas sin hacer daño a los demás pero sabiendo que no te interesa dar cabida a la negatividad externa que proviene de gente que solo critica y chismea.
Afirmar que vivir sin reputación es mejor no es algo simple, si lo analizamos llega a una profundidad tal que puede ser apabullante, puesto que a lo largo del tiempo vamos a necesitar tener buenas referencias de otros ya sea para conseguir trabajo, para hacer un préstamo, para sacar la Visa u otros aspectos. Pero cuando hacemos hincapié en la no reputación en la vida el fundamento es vivir sin seguir los lineamientos de los demás, sin darle prioridad a las opiniones externas sobre nosotros, a los chismes, exageraciones, calumnias mentiras e incluso realidades que se tuercen un poco para hacernos ver mal. Hay gente dañina y muy tóxica de la que pareciese que cuya misión de vida es tratar de ofender y causar mal.
Afirmar que vivir sin reputación es mejor no es algo simple, si lo analizamos llega a una profundidad tal que puede ser apabullante, puesto que a lo largo del tiempo vamos a necesitar tener buenas referencias de otros ya sea para conseguir trabajo, para hacer un préstamo, para sacar la Visa u otros aspectos. Pero cuando hacemos hincapié en la no reputación en la vida el fundamento es vivir sin seguir los lineamientos de los demás, sin darle prioridad a las opiniones externas sobre nosotros, a los chismes, exageraciones, calumnias mentiras e incluso realidades que se tuercen un poco para hacernos ver mal. Hay gente dañina y muy tóxica de la que pareciese que cuya misión de vida es tratar de ofender y causar mal.