Revista En Femenino

Vivir sin sexo

Publicado el 03 mayo 2013 por Laumiau @cosasdetias

Estamos viviendo muchos cambios sociales, haciendo cada día más compleja la estructura en las relaciones sociales. Nos movemos por ejemplo desde la pansexualidad (capacidad de desear sexualmente a otra persona independientemente de su sexo y género) hasta el otro extremo que sería la asexualidad. Hoy nos centraremos en esta última. Menos de un 1% de la población española se define como asexuales puros, es decir, que son personas que ni en actitud ni en pensamiento ni biológicamente tienen deseo o atracción sexual. Otras personas tienen un deseo sexual inhibido originado por distintas causas. Algunas de ellas podrían ser traumas infantiles, medicación, experiencias sexuales insatisfactorias, complejos de inferioridad, represión del deseo debido a sus creencias, no aceptación de la propia sexualidad, inhibición como defensa, etc.

Si este deseo sexual inhibido surge durante la adolescencia puede crear grandes conflictos emocionales, ya que no te sientes identificado con las necesidades de tus iguales, donde su ocio vendría motivado por la necesidad de satisfacción del deseo sexual y en cambio en una persona con este déficit sentirá que es rara, diferente, justificará su problema como falta de madurez, falta de experiencia, falta de alguna característica personal o lo vivirá como un hecho traumático que condicionará su posterior vida sexual.

Otra forma de inhibición es la secundaria, es decir, surge después de una vida sexual activa debido a distintos factores, como el déficit de testosterona, la menopausia, problemas hormonales o como una elección. En consulta nos encontramos parejas que eligen no mantener relaciones sexuales entre ellos, donde complementan su vida con viajes, comunicación y nuevos proyectos en común. El problema aparece cuando solo uno de los dos tiene deseo sexual y en ese momento se tiene que trabajar el buscar posibles soluciones. En terapia de pareja por ejemplo una forma sería trabajar las distintas alternativas, como pueden ser el aprender a crear un clima erótico adecuado, trabajar la comunicación sexual, no limitarlo al coito y desarrollar el amplio espectro del placer. Se orienta en este sentido debido a que muchas de estas personas no sienten deseo sexual pero sí disfrutan de las relaciones sexuales, el erotismo y la masturbación pudiendo llegar al orgasmo.

Existen varios mitos sexuales que queremos desmentir. Uno de ellos es el que las mujeres sean más asexuales. Otro sería el complejo de “pene pequeño”, donde está demostrado que un pene de 9 – 10 cm puede satisfacer plenamente a una mujer, pero en el hombre muchas veces el problema no es que tenga el pene pequeño sino que lo que tiene pequeña es la seguridad.

Una recomendación que queremos daros es que cuando toméis medicación preguntarle al médico los posibles efectos secundarios que puede conllevar, ya que os asombraríais de la cantidad de medicamentos que inhiben el deseo sexual.


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